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Puerto Castilla continúa con la tradición de decorar sus fuentes en San Juan

María Jesús Carrera/ Puerto Castilla

Fuentes con flores en Puerto Castilla ( Foto: María Jesús Carrera)
O.R.R
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La Noche de San Juan es especial. Se celebra de distintas maneras en cada lugar, con ritos asociados mayormente al fuego. Pero existe un lugar en la provincia de Ávila en el que el agua es el gran protagonista de esa noche, mejor dicho, las fuentes de las que mana esa agua. Es Puerto Castilla, un pueblo situado en el valle del Aravalle, en  la Sierra de Gredos, frontera de Ávila con Extremadura, donde se enclava el Puerto de Tornavacas.

Allí todavía se conserva la antiquísima costumbre de decorar las fuentes y pilones con flores, sobre todo con rosas, piornos y la flor del saúco, famosa por sus virtudes terapéuticas y muy ligada también a la noche de San Juan, porque para que sus efectos fueran más exitosos, debía ser cortada en esa noche mágica.

En este pueblo serrano hay tres barrios que competían y compiten por ver cuál fuente estaba mejor adornada. Antiguamente las fuentes se decoraban esa misma madrugada. Ahora los vecinos suelen reunirse la tarde del día 23  y con todo su entusiasmo rememoran una costumbre ancestral ligada a su medio de vida que es la agricultura y la ganadería, para las que el agua es elemento imprescindible para su desarrollo, y por lo tanto, para la supervivencia de sus pobladores. Seguramente  sea un rito propiciatorio de tradición pagana, para  asegurarse de que no falte agua en los meses más secos. Cuando terminan su labor y las fuentes lucen sus preciosas galas, los vecinos de Puerto Castilla se reúnen alrededor del otro elemento fundamental de la noche de San Juan, el fuego, encendido para aventar los malos espíritus y propiciar un buen año. Desde el atardecer en que se enciende, grupos de amigos aprovechan sus brasas para hacer un buen asado y disfrutar así esta noche mágica. No hace muchos años se plantaba también el mayo, al que los más jóvenes del pueblo intentaban subir en otro de los ritos asociados a esta fecha.

Muchas otras eran las costumbres que se practicaban en esta noche de San Juan  y  que el paso del tiempo y la despoblación han dejado en el olvido, pero al menos esta bonita tradición de decorar las fuentes se mantiene y goza de una excelente salud, de manera que algunos pueblos del Aravalle, vecinos suyos, como son el de  Umbrías y sus anejos,  que antiguamente compartían esta práctica, han empezado de nuevo a realizarla. Si alguien quiere disfrutar de esta singular propuesta, debe acercarse hasta el ameno Valle del Aravalle, y visitar sus preciosos pueblos, que, además de un patrimonio monumental realmente esplendoroso, también pueden presumir, entre otras cosas, de tener espectaculares  rutas, tanto de senderismo como de  alta montaña en las cumbres de su parte de la sierra de Gredos.