El arte de la escenografía. Dante Ferretti

Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC

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El arte de la escenografía. Dante Ferretti
O.R.R
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Lectura estimada: 3 min.

El director artístico Dante Ferretti revitaliza las reservas y los ideales de los escenógrafos clásicos, desde la Dirección Artística, determina los espacios con la magia de los artistas italianos del Manierismo que, entre épocas y lugares diferentes, consumaron la revelación de unos lugares esenciales para la credibilidad y el misterio, enigmas permitentes y evocadores reflejados en la película La Edad de la Inocencia(1993), obra maestra de Martin Scorsese, adaptación del libro de Edith Wharton, historia centrada en Nueva York entre 1870-1890.

La Condesa Ellen Olenska (Michelle Pfeiffer) entra en el lienzo de Dante con rosas del huerto de Van Gogh, es decir, de Kurosawa.

Suenan los Cuentos de los bosques de Viena, la credibilidad musical se impone.

Desde la Academia de Bellas Artes de Roma, Dante obtiene las bases para entender el arte; con Pasolini logra partir de la pintura para llegar al film, un axioma creado por Pier Paolo en Dante, Ucello y El Bosco son dos ejemplos esenciales en Pasolini, Visconti le aportará la sutiliza de la belleza oculta.

Dante es amado por Scorsese.

Ferretti es megalómano y maximalista; es un genio al que le gusta cometer errores que aportan verismo a la realidad recreada.

El Arte de la Escenografía es un Arte Noble; al igual que Velázquez y Pacheco, Dante dignifica la Escenografía como el Arte de Pintar, al igual que en Las Meninas, los espacios plásticos aportan ensayo y literatura artística a una renovada tratadística sobre las teorías del Genio elaboradas, entre otros, por los artistas neoplatónicos.

Para Saló de Pasolini se inspiró en Legèr, en Visconti buceó en el patrimonio del cineasta, logrando crear una dimensión museística que conduce al valor de los emblemas, a la emblemática de la escenografía, ocasionalmente, escenoplástica.

¿Cómo decorar una Mesa teatral?

Rememorar a Visconti desde un nuevo platonismo solar, implica impregnarse de visiones museísticas.

Buceando en la pintura de bodegones y en las alegorías del Renacimiento y del Barroco, el pintor espacial respira de la teoría y la práctica desde el conocimiento de la historia del arte, desde las ideas estéticas y desde los tratados de perspectiva.

Dante viste con esencialidad y verdad los escenarios vivos que beben de estilos diferentes para concretar, en concatenaciones mágicas, las ideas del su proceso interior condicionado por el Grand Tour.

Entreacto. Estudiemos los Ordenes Clásicos y el Paisaje italiano.

Las cualidades de Dante Ferretti reposan en un dominio de la arquitectura rígida frente a la sensual, lo arquitrabado lo fusiona con las cúpulas y los arcos que emergen en su organicidad

Desnivel, entra Ellen,

despiezos oblicuos para Eros.

El color recopila la plasticidad de los lienzos, en sus espacios se advierte la musicalidad pictórica de un museo que, desde la ambivalencia, representa a las dos Damas simbólicas: Amor Sagrado y Amor Profano.

¿Cómo entender los colores femeninos elaborados por la Esfinge?

Trazado artístico, sentimiento matemático que unifica el ideal poliédrico de Dante.

El Arte de la Escenografía lo realizan los Magos.

Las Mutaciones de Buontalenti se activan en Ferretti para recuperar el Teatro de la Hélade, las artes suntuarias, así como los festivales clásicos, están alimentados por diversificadas dialécticas vinculadas a las denominaciones homéricas.

Los telones de Dante ofrecen la transmutación del ilusionismo de Apeles desde perspectivas elaboradas en perpendiculares y paralelas que asumen las líneas del horizonte en su plenitud de belleza, distancias ilimitadas por las distancias áureas que determinan las mesas simbólicas de Scorsese.

El Circulo simbólico y el triángulo áureo, que se sublima con la perspectiva oblicua, consagrará a los Bibiena desde la propuesta de Tintoretto en el Arte Véneto; desde el dibujo y el color enseñado por Leonardo, se logra ensalzar la escenografía en diagonales ensambladas con las trayectorias de las intérpretes, lo oblicuo favorece la mirada del espectador activo al advertir la intensidad de las intencionalidades cromáticas.

¡Telones de boca pintados con técnicas orientales inscritas entre encuadres surgidos desde el espíritu del jardín japonés!

La Escenografía se amplía con las composiciones y planos definidos desde los criterios de la perspectiva aérea, ambiente que la naturaleza intensifica con las impregnaciones de árboles y de rocas ampliados por los aliados de la escenografía: los contrastes lumínicos.

Las aportaciones de G.B. Piranesi son determinantes en el baño de luces y de sombras poetizadas por el sentimiento romántico de la ruina sublimada por el laberinto del claroscuro barroco.

¡Tablero de ajedrez que regula planta y alzado para venerar la mecánica de las tramoyas!

Los efectos visuales destilan luz en las telas transparentes que, convertidas en lienzo, aportan sonidos de los lagos interiores de la densa niebla del alma de Dante.

Ellen va vestida de rosa roja, color de su soledad en el amor.

 

1 comentario

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usuario anonimo 11/3/2023 - 5:55:38 PM
Ellen me recuerda tanto a nuestra querida Juana, con sus rojos amaneceres. Aquí te dejo ese texto que tanto te gusta de Nuestra querida Juana I Reina sonámbula. ROJO Esos amaneceres rojos, que iluminan mis mañanas, que me alimentan, que consiguen ser mi aliciente cada mañana. Dulce resplandor que entrando por la ventana se difumina creando un sfumato perfecto desdibujando mi silueta y formando parte del todo, de la nada. Las hojas rojas de los robles teñidas por un otoño creador, revelan un sin fin de tonalidades que iluminan y llenan el espacio, dichosa vereda de mi amado río Duero que queda elegantemente vestido de rojo engalanado, ese rojo intenso que inunda los suelos de los bosques, creando una alfombra de verdad y seguridad, mullida y segura de sí misma. Ese color que me identifica y describe mi persona. Firme, poderosa, pero cálida y cercana, ese color que consigue una ira momentánea tan fuerte que hasta los océanos se retiran de la costa, mostrando su respeto y servidumbre, que me hace sentir que tengo el mundo en mis brazos, copandolo todo. Ese color que se apodera por mi interior, como miel que se espesa, dichosa densidad que llena mis venas, venas de vino que emborracha mi alma, haciendo de mi un ser especial. Cálida torrentera, savia real que recorre mi cuerpo haciendo de mí la Reina que hoy soy. Rojo de caricias, de calor, de cercanía. Rojo de pasión desmedida, capaz de desgarrarme con los dedos y ofrecerme en pedazos , sin miedo. Libre, entregada al placer, al amor, brava amazona que monta y doma su caballo salvaje, indómito, haciéndole subyugar ante mis piernas poderosas. Libertad vestida de un elegante terciopelo rojo, rojo de sabiduría, de fe, de chamanismo, de espíritus que me invaden y me convierten en otro ser. Rojo protector, que me permite ser quien hoy soy, Juana I de Castilla, la Reina Sonámbula.
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