Para celebrar el Día de la Comunidad
El hornazo, símbolo del fin de penitencia espiritual y gastronómica en Ávila
Se compone fundamentalmente de masa y de los primeros productos de la matanza
La Semana de Pasión también es sinónimo de gastronomía. El hornazo tiene en Ávila a una de las provincias en las que más se degusta este condumio que simboliza, desde el punto de vista gastronómico, el final de la Semana Santa y con ella el cese de la severa penitencia que imponía durante todo el tiempo de Cuaresma la prohibición de tomar carne.
Se compone fundamentalmente de masa y de los primeros productos de la matanza que se consumía entrada la primavera, recién curados con el frío seco del invierno castellano, en coincidencia con el tiempo de Semana Santa.
Este producto, ligado por tanto al Domingo de Resurrección, era también el agasajo que en algunos lugares hacían los vecinos al predicador que habían tenido durante las semanas de Cuaresma y que le ofrecían el día de Pascua después del Sermón de Gracias.
Es el caso de determinadas zonas de Ávila como el Valle Amblés, próxima a la ciudad amurallada, ya que el relleno del hornazo procede precisamente de esta tradición que aún se mantiene en algunos lugares.
Otra explicación en torno a esta especie de gran empanada, cuyo relleno procede de productos chacineros, es algo más poética o novelera, ya que tendría que ver con las labores en el campo.
Según una leyenda, mientras se comía un trozo de pan con chorizo, un pastor se vio obligado a dejarlo a pleno sol sobre una piedra para atender a su ganado, de manera que cuando regresó se encontró con la agradable sorpresa de que la comida que estaba degustando, había sido calentada de forma natural por el astro rey.
Seña de indentidad
En provincias como Ávila, el hornazo es una seña de identidad, ya que se sigue consumiendo durante todo el año, pero con especial intensidad en el Domingo de Resurrección y en las semanas posteriores.
Aunque uno de los secretos de este producto está en la masa, también resulta importante la compaña: chorizo no demasiado curado y rico en grasa, panceta y lomo adobados -troceados- y, en algunos o en muchos casos, trozos de huevo cocido.
Respecto a la masa sobada se suele realizar a base de leche, huevo, harina, levadura, aceite de oliva, manteca de cerdo, poca sal y algo menos de agua que hace unos años, debido a la cantidad de ingredientes líquidos.
En el interior se colocan en cada una de las dos capas los ingredientes del relleno, antes de introducirse en el horno, donde soltará su jugo, de forma que el hornazo se convierta en ese manjar contundente y nutritivo para despedir el Tiempo de Pasión en Ávila y su provincia.
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