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Siete años de lucha contra la minería a cielo abierto

La Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive el Valle del Corneja hacen balance de su cruzada

Siete años de lucha contra la minería a cielo abierto
Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
Lectura estimada: 4 min.

La Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive el Valle del Corneja cumplen siete años de lucha. Desde aquel 28 de febrero de 2017 en el que "fuimos conscientes del peligro que nos acechaba" con el expediente minero Sonsoles 1.138, y aquel "estoy aquí porque amo a mi pueblo", una de las frases que darían paso a otras muchas que han demostrado el sentimiento de sus reivindicaciones, han transcurrido 2.555 días en los que han permanecido alerta para que sus poblaciones no se vieran invadidas por la minería a cielo abierto. Y más teniendo en cuenta, que tal y como denuncia el Observatorio Ibérico de la Minería, hay más de 100 minas en España que vulneran los derechos sociales o ambientales, aunque el número podría ser mayor ya que tienen que examinar otras 400 explotaciones.

Desde Plataforma y Asociación quieren poner en valor el paso adelante que dieron "para defender a nuestros territorios, y a nuestra gente, al conocer (no por los ayuntamientos, como nos hubiera gustado) que la empresa minera Transportes, excavaciones y hormigones Sonsoles S.L. pretendía abrir una mina a cielo abierto" para extraer feldespato en 54 cuadrículas mineras, que afectaría a los municipios abulenses de Zapardiel de la Cañada, Tórtoles, Becedillas (con su anejo Casillas de Chicapierna) y Bonilla de la Sierra (con sus anejos Cabezas de Bonilla, Ribera del Corneja y Pajarejos). Dos meses después la misma empresa extendería su ambición hasta las 100 cuadrículas mineras con un segundo expediente minero: Villatoro 1.143 que afectaba a Casas del Puerto de Villatoro, Tórtoles y Becedillas (estos dos últimos con sus respectivos anejos). En su búsqueda de la rentabilidad, Transportes, excavaciones y hormigones Sonsoles S.L. acabó renunciando a parte del expediente Villatoro eligiendo 20 de las 46 cuadrículas mineras que lo comprendían para solicitar una concesión para la explotación directa de la mina, con el nombre de Esperanza, renunciando definitivamente a este proyecto pero abriendo otro: Madueña 1.149, que afectaba a Bonilla de la Sierra (con su anejo Pajarejos) y a Casas del Puerto, pidiendo asimismo la explotación directa.

En 2022 un nuevo actor hacía su aparición en el Valle del Corneja: Cerro el Rocil, filial de Grupo Cosentino que, con el expediente Polonia 1.152, quería iniciar un proyecto de investigación en 71 cuadrículas mineras en Becedillas (con su anejo Casillas de Chicapierna), Malpartida de Corneja, El Mirón (con su anejo Aldealabad del Mirón), Collado del Mirón y Santa María del Berrocal (con sus anejos Valdemolinos y Navahermosa de Corneja). Así el Valle del Corneja veía amenazados a 16 de sus pueblos.

Hitos conseguidos

Ese primer paso que dieron el 28 de febrero de 2017 se convirtió en una carrera por presentar a tiempo alegaciones, recursos de alzada y procedimientos judiciales para intentar paralizar estos proyectos. Por aprender cuáles eran los peligros reales y cómo combatirlos. Y por transmitir a la población, a los partidos políticos y a los organismos oficiales, la urgencia de unirse a la lucha para que las prospecciones no se llevaran a cabo y las minas a cielo a abierto no vieran la luz. Consideran que "la lucha ha dado sus frutos al conseguir el apoyo de partidos políticos, sindicatos, asociaciones y administraciones. Hoy son los propios alcaldes quienes más concienciados están de que su papel es primordial para no permitir que las mineras dejen un paisaje yermo y una economía local arruinada".

Con la movilización también consiguieron paralizar, con 4.500 recursos de alzada, el expediente Sonsoles (aunque no ha sido rechazado). Y destacan el apoyo de la Junta de Castilla y León, que "dio carpetazo definitivamente el expediente Madueña".

Además, los habitantes del Valle han hecho suya la necesidad de estar siempre alerta, algo que les hizo enfrentarse, hace unos meses, a Cerro el Rocil al tratar de impedir que llevasen a cabo las primeras catas sin haber solicitado el permiso de los propietarios de las tierras. Tras esto se presentaron las denuncias pertinentes.

Desde el primer momento "abogamos por preservar la agricultura, la ganadería y el turismo rural por lo que entendemos la lucha actual de agricultores y ganaderos con quienes nos une la protección por los recursos naturales, el uso responsable de la tierra, así como la preservación de la identidad cultural y el patrimonio de los pueblos abulenses".

Desde Plataforma y Asociación "nos consideramos un actor importante en la defensa del entorno rural abulense y en la lucha por defender los derechos y el bienestar de sus habitantes, actuando de puente en esta defensa con otras provincias al establecer alianzas con otras organizaciones y plataformas medioambientales nacionales con quienes hemos realizado campañas de presión para que los diferentes Gobiernos tomen medidas más estrictas para regular las prácticas mineras". Merece para ellos un recuerdo especial su relación con las plataformas No a la mina en la Sierra de Ávila y No a la mina en la Sierra de Yemas "con quienes iniciamos este complicado camino y quienes, a pesar de haberse librado del peligro, no nos sueltan de la mano".

"Hemos demostrado resiliencia contra las multinacionales mineras en una confrontación desigual. Y luchamos por una sostenibilidad real frente a la que proclaman las empresas mineras con una minería 'verde' sin aportar datos exactos sobre la degradación de las industrias locales y del entorno en el que se instalan, así como la contaminación del agua y del aire o el impacto en la biodiversidad, por poner algunos ejemplos", indican, para finalizar señalando que "nos gustaría terminar en breve con esta pesadilla pero seguiremos luchando contra ella con el mismo espíritu y con el mismo ánimo que el primer día porque el futuro de nuestros pueblos está en juego".