Sobre todo, se centra en la naturaleza y los animales como protagonistas para su objetivo
La alquimia del vestuario rojo
Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC
Mientras llega la luz del más allá, se recurrirá a las tinieblas rojas.
Está llegando la Aurora, que atrae la atmósfera onírica del Otro Mundo desde la concepción de Eurídice. Miro el lienzo de Munch.
Soñemos con el relato de Ovidio sobre Céfalo y Procris, una obra pintada que se enmarca en la historia de fidelidades y de celos de ambos personajes, ampliado por la iconografía dependiente de la filosofía y la moraleja culta, la muerte de Procris implica una resurrección; en horizontal y diagonal, yace vigilada la dama pintada por Pina BAUSCH.
La obra de Piero di Cosimo la Muerte de Procris (1500) apela a la humanidad salvaje, al primitivismo macabro bañado por el esoterismo humanista que deriva en la pintura alegórica; las obras realizadas para las nupcias, para las arcas nupciales ubicadas en los pies del lecho matrimonial, son piezas que permitían unas acciones más liberadoras en consonancia con las licencias del maestro Rosselli.
¡Los rojos del Averno están vivificados en el reino de Proserpina!
El páramo acuático ultramundano es un enigmático cielo que alberga las garzas bailarinas.
¡Las garzas derraman lágrimas en las aguas alquimistas!
Kokytos, río de lágrimas, se alimenta del lascivo Fauno que, iluminado por lo apolíneo, aporta un equilibrio armónico al salvajismo subyacente del universo dionisíaco.
La alegoría alquimista intensifica la semiótica del vestuario de Procris, con velo rojo ardiente está asumiendo la técnica de los paños mojados, las transparencias beben del valor simbólico de la alquimia, intercalada de pigmentos, impregna del dorado solar a la bailarina.
¡La Dama de rojo está intensificada por los arbustos que crecen en el interior del color!
La gama de colores, en estado de pureza, marca las fuerzas naturales que redimen el culto secreto desde el plano sagrado; alejados del plano principal horizontal de Procris, la Aurora nutre el reposo triunfante de una trágica inquietud, se trata del pathos de la distancia.
Las fuerzas de la naturaleza de las bailarinas pintadas por Pina Bausch se insertan en el ritual alquimista, el simbolismo del rojo entrevé una secuencia de iconografías desdobladas por el pathos.
Las escenas de sueños recurren a la invisibilidad de las causas internas y externas del paradigma de Tánatos. La bailarina entra en decaimiento como un Galo moribundo.
¿Cómo leer el simbolismo del color rojo?
¿Qué leer en la iconografía de lugar del ultramundo femenino?
El Gran Tour al Averno se realiza vestida de rojo, el color, en diferentes texturas, apela al movimiento y a la gestualidad derivada de formas artísticas que intercalan el expresionismo y la abstracción, apoyándose en el neoplatonismo y el pintoresquismo, logra llegar a la poética de los paradigmas de la madre naturaleza, musa alquimista de Pina.
El silencio de los colores y la concepción pictórica del vestuario se vuelcan en el arte, en la iconología que desemboca en la alegoría rasgada por la mito-poética homérica.
En las correspondencias de los colores, Pina se mira en los rojos de Goethe y de Nolde, un ensamblaje que lleva al vitalismo del grupo El Jinete Azul.
Amparados en el color de Proserpina, las sangrientas transacciones de sustancias procedentes de los frutos sensitivos, logran difuminarse en colores alegóricos que aportan vertebradas reflexiones concatenadas a los tratados venecianos del siglo XVI.
La colosal batalla interior, ampliada al conflicto entre el cuerpo y el alma, alarga las huellas que acompañan a las sombras rojas perpetuadas por los expresionistas.
¡Salomé baila ante las Ménades!
El espacio abierto del color rojo, expansivo y experimental ampara la interrelación interdisciplinar y advierte de la elocuencia de los emblemas de Pina, ahora el color se estructura antropológicamente para dar forma de libro a la Danza-teatro.
La representación alegórica del color, desde la iconología, se adentra en la verificación iconográfica de los Vicios, las Virtudes, las Pasiones, los Cuerpos Solares; los estados de la vida se enmarcan en la Iconología, un recurso poético enfatizado por el simbolismo del color.
La pintura da fuerza a la expresión de la dramaturgia escénica, los colores se visten de jeroglífico al crear imágenes científicas.
Los emblemas alegóricos y el color simbólico adquieren, en la obra de Pina, una iconografía musical apoyada en las leyes armónicas del cosmos coloreado por el salvajismo expresionista que ensambló color-emoción.
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