La alquimia del vestuario rojo

Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC

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La alquimia del vestuario rojo
O.R.R
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Lectura estimada: 3 min.

 

Mientras llega la luz del más allá, se recurrirá a las tinieblas rojas.

Está llegando la Aurora, que atrae la atmósfera onírica del Otro Mundo desde la concepción de Eurídice. Miro el lienzo de Munch.

Soñemos con el relato de Ovidio sobre Céfalo y Procris, una obra pintada que se enmarca en la historia de fidelidades y de celos de ambos personajes, ampliado por la iconografía dependiente de la filosofía y la moraleja culta, la muerte de Procris implica una resurrección; en horizontal y diagonal, yace vigilada la dama pintada por Pina BAUSCH.

La obra de Piero di Cosimo la Muerte de Procris (1500) apela a la humanidad salvaje, al primitivismo macabro bañado por el esoterismo humanista que deriva en la pintura alegórica; las obras realizadas para las nupcias, para las arcas nupciales ubicadas en los pies del lecho matrimonial, son piezas que permitían unas acciones más liberadoras en consonancia con las licencias del maestro Rosselli.

¡Los rojos del Averno están vivificados en el reino de Proserpina!

El páramo acuático ultramundano es un enigmático cielo que alberga las garzas bailarinas.

¡Las garzas derraman lágrimas en las aguas alquimistas!

Kokytos, río de lágrimas, se alimenta del lascivo Fauno que, iluminado por lo apolíneo, aporta un equilibrio armónico al salvajismo subyacente del universo dionisíaco.

La alegoría alquimista intensifica la semiótica del vestuario de Procris, con velo rojo ardiente está asumiendo la técnica de los paños mojados, las transparencias beben del valor simbólico de la alquimia, intercalada de pigmentos, impregna del dorado solar a la bailarina.

¡La Dama de rojo está intensificada por los arbustos que crecen en el interior del color!

La gama de colores, en estado de pureza, marca las fuerzas naturales que redimen el culto secreto desde el plano sagrado; alejados del plano principal horizontal de Procris, la Aurora nutre el reposo triunfante de una trágica inquietud, se trata del pathos de la distancia.

Las fuerzas de la naturaleza de las bailarinas pintadas por Pina Bausch se insertan en el ritual alquimista, el simbolismo del rojo entrevé una secuencia de iconografías desdobladas por el pathos.

Las escenas de sueños recurren a la invisibilidad de las causas internas y externas del paradigma de Tánatos. La bailarina entra en decaimiento como un Galo moribundo.

¿Cómo leer el simbolismo del color rojo?

¿Qué leer en la iconografía de lugar del ultramundo femenino?

El Gran Tour al Averno se realiza vestida de rojo, el color, en diferentes texturas, apela al movimiento y a la gestualidad derivada de formas artísticas que intercalan el expresionismo y la abstracción, apoyándose en el neoplatonismo y el pintoresquismo, logra llegar a la poética de los paradigmas de la madre naturaleza, musa alquimista de Pina.

El silencio de los colores y la concepción pictórica del vestuario se vuelcan en el arte, en la iconología que desemboca en la alegoría rasgada por la mito-poética homérica.

En las correspondencias de los colores, Pina se mira en los rojos de Goethe y de Nolde, un ensamblaje que lleva al vitalismo del grupo El Jinete Azul.

Amparados en el color de Proserpina, las sangrientas transacciones de sustancias procedentes de los frutos sensitivos, logran difuminarse en colores alegóricos que aportan vertebradas reflexiones concatenadas a los tratados venecianos del siglo XVI.

La colosal batalla interior, ampliada al conflicto entre el cuerpo y el alma, alarga las huellas que acompañan a las sombras rojas perpetuadas por los expresionistas.

¡Salomé baila ante las Ménades!

El espacio abierto del color rojo, expansivo y experimental ampara la interrelación interdisciplinar y advierte de la elocuencia de los emblemas de Pina, ahora el color se estructura antropológicamente para dar forma de libro a la Danza-teatro.

La representación alegórica del color, desde la iconología, se adentra en la verificación iconográfica de los Vicios, las Virtudes, las Pasiones, los Cuerpos Solares; los estados de la vida se enmarcan en la Iconología, un recurso poético enfatizado por el simbolismo del color.

La pintura da fuerza a la expresión de la dramaturgia escénica, los colores se visten de jeroglífico al crear imágenes científicas.

Los emblemas alegóricos y el color simbólico adquieren, en la obra de Pina, una iconografía musical apoyada en las leyes armónicas del cosmos coloreado por el salvajismo expresionista que ensambló color-emoción.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3 Comentarios

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liuba gonzález cid 10/11/2023 - 9:19:21 PM
El rojo: violencia telúrica, mística y estructural, interpretación dogmática de un mundo en pie de guerra. Pocris, muriendo en el lenguaje de las flores, posa abatida por los celos, mientras el perro observa con ojos profundos, semejando la mirada de Hécuba, castigada. Las mujeres amamos en rojo, metamorfosis de la madre en antorcha de luz, pues somos hijas de un dios fluvial. “Principio de realidad” lo llaman, pero como bien reseñas en tu texto, hay una gnosis neoplatónica en la bailarina, en el paño mojado y en la aventura estética de “La fuente” de Duchamp. Hay una drama de identidad a nuestro alrededor -¡qué bien lo cuentas!-, se ensaya a tientas un carnaval filosófico entre el "Visage du Grand Masturbateur" y las medias Filodoro. Pina danzante, queda lejos de esta orbe obscena y fragmentaria. Solo cabe tu tentativa ensayística, tu sello singular que es inspiración, composición y liturgia (no solo en un sentido dancístico, también musical). Gracias por esta escritura desatada, zigzagueante, más allá de cualquier sentimiento pasajero, como diría Novalis; un aparente caos que resplandece bajo el velo incondicional del orden.
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usuario anonimo 10/11/2023 - 12:38:12 PM
Aquí os dejo un poco de nuestro rojo. Excelente texto amigo mío. ROJO Esos amaneceres rojos, que iluminan mis mañanas, que me alimentan, que consiguen ser mi aliciente cada mañana. Dulce resplandor que entrando por la ventana se difumina creando un sfumato perfecto desdibujando mi silueta y formando parte del todo, de la nada. Las hojas rojas de los robles teñidas por un otoño creador, revelan un sin fin de tonalidades que iluminan y llenan el espacio, dichosa vereda de mi amado río Duero que queda elegantemente vestido de rojo engalanado, ese rojo intenso que inunda los suelos de los bosques, creando una alfombra de verdad y seguridad, mullida y segura de sí misma. Ese color que me identifica y describe mi persona. Firme, poderosa, pero cálida y cercana, ese color que consigue una ira momentánea tan fuerte que hasta los océanos se retiran de la costa, mostrando su respeto y servidumbre, que me hace sentir que tengo el mundo en mis brazos, copandolo todo. Ese color que se apodera por mi interior, como miel que se espesa, dichosa densidad que llena mis venas, venas de vino que emborracha mi alma, haciendo de mi un ser especial. Cálida torrentera, savia real que recorre mi cuerpo haciendo de mí la Reina que hoy soy. Rojo de caricias, de calor, de cercanía. Rojo de pasión desmedida, capaz de desgarrarme con los dedos y ofrecerme en pedazos , sin miedo. Libre, entregada al placer, al amor, brava amazona que monta y doma su caballo salvaje, indómito, haciéndole subyugar ante mis piernas poderosas. Libertad vestida de un elegante terciopelo rojo, rojo de sabiduría, de fe, de chamanismo, de espíritus que me invaden y me convierten en otro ser. Rojo protector, que me permite ser quien hoy soy, Juana I de Castilla, la Reina Sonámbula. Este aperitivo de nuestra amada Juana I Reina sonámbula.
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usuario anonimo 10/11/2023 - 12:03:29 PM
Excelente texto, aquí te dejo un poco de mi Rojo. ROJO Esos amaneceres rojos, que iluminan mis mañanas, que me alimentan, que consiguen ser mi aliciente cada mañana. Dulce resplandor que entrando por la ventana se difumina creando un sfumato perfecto desdibujando mi silueta y formando parte del todo, de la nada. Las hojas rojas de los robles teñidas por un otoño creador, revelan un sin fin de tonalidades que iluminan y llenan el espacio, dichosa vereda de mi amado río Duero que queda elegantemente vestido de rojo engalanado, ese rojo intenso que inunda los suelos de los bosques, creando una alfombra de verdad y seguridad, mullida y segura de sí misma. Ese color que me identifica y describe mi persona. Firme, poderosa, pero cálida y cercana, ese color que consigue una ira momentánea tan fuerte que hasta los océanos se retiran de la costa, mostrando su respeto y servidumbre, que me hace sentir que tengo el mundo en mis brazos, copandolo todo. Ese color que se apodera por mi interior, como miel que se espesa, dichosa densidad que llena mis venas, venas de vino que emborracha mi alma, haciendo de mi un ser especial. Cálida torrentera, savia real que recorre mi cuerpo haciendo de mí la Reina que hoy soy. Rojo de caricias, de calor, de cercanía. Rojo de pasión desmedida, capaz de desgarrarme con los dedos y ofrecerme en pedazos , sin miedo. Libre, entregada al placer, al amor, brava amazona que monta y doma su caballo salvaje, indómito, haciéndole subyugar ante mis piernas poderosas. Libertad vestida de un elegante terciopelo rojo, rojo de sabiduría, de fe, de chamanismo, de espíritus que me invaden y me convierten en otro ser. Rojo protector, que me permite ser quien hoy soy, Juana I de Castilla, la Reina Sonámbula. Un poquito de Juana I Reina sonámbula.
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