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Clásico

Barro: cocina vanguardista desde el terreno

El joven chef de Navalacruz Carlos Casillas sorprende con una propuesta gastronómica innovadora e intimista, pero muy nuestra

Barro: cocina vanguardista desde el terreno
Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
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Cuando pasen por delante verán la puerta cerrada, pero eso no significa que Barro este cerrado. Significa que este restaurante, niño mimado del abulense Carlos Casillas, está ofreciendo a sus comensales una experiencia integral de intimidad gastronómica nunca antes vista en nuestra ciudad.

Y es que desde fuera nada hace sospechar lo que ya se atisba nada más abrir la puerta corredera que lo guarda, un ambiente intimista preparado ex profeso para ofrecer al visitante, sin grandes alardes, la sensación de que todo está hecho para él, para su disfrute, sin distracciones.

Podríamos hablar de cocina de autor, como se dice ahora, pero si queremos ser fieles a la realidad deberíamos hablar de 'cocina de autor y su tierra', puesto que el objetivo último de este chef de Navalacruz y su joven equipo es capturar los olores, los colores, las tradiciones y, sobre todo, los sabores de Ávila, y convertirlos en un menú de 16 platos que le hará viajar a lo largo y ancho de nuestra provincia sin moverse de este vanguardista espacio de la calle San Segundo, bunker de impactos a los cinco sentidos.

Desde Madrigal de las Altas Torres hasta Navahondilla, pasando por Castellanos de Zapardiel, Muñana, Navandrinal, El Tiemblo, Cebreros, Burgohondo, Gavilanes o Villanueva de Ávila, Barro capta la esencia los municipios de nuestra tierra a través de los productores que la trabajan y las tradiciones que les guían.

En el menú Alberche -así se denomina la prupuesta actual- se mezclan realidades y sueños, se citan el ganado avileño, la casquería y la huerta castellana con la recuperación del cangrejo de río o la trucha, la lucha contra los incendios que asolan nuestra provincia o la puesta en valor de la arquitectura tradicional. Lo consuetudinario se envuelve en originalidad y creatividad bajo un aura de respeto y compromiso con el terreno, con los orígenes, una cocina de cercanía que destila amor por el producto y quienes lo hacen posible.

Carlos Casillas tiene 24 años y apenas llega a los 26 la mayor de los miembros de su equipo, seis cirujanos de las viandas criados bajo el ala del Basque Culinary Center de San Sebastián, institución que ha destacado al de Navalacruz como uno de los cocineros menores de 30 años más prometedores del país. No les juzguen por su edad, cometerán un grave error, porque sus platos demuestran no solo una desbordante pasión juvenil sino también un profundo conocimiento tanto de los productos como de los procesos que pueden exprimir al máximo el potencial de estos productos.

Medios de comunicación locales y nacionales se han hecho eco ya del trabajo que se lleva a cabo en Barro, que abre de jueves a domingo y tiene lista de espera hasta finales de agosto. La propuesta, no lo vamos a negar, es arriesgada por la ruptura que supone con lo que ya conocemos en Ávila, pero dicen que no gana quien no arriesga, y Barro tiene todas las de ganar.