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Clásico

La carne de Ávila, un ejemplo del buen hacer de los ganaderos

Las ganaderías abulenses apuestan por la sostenibilidad, respetando el medio ambiente y manteniendo el medio rural

La carne de Ávila, un ejemplo del buen hacer de los ganaderos
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Miguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
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El comer casi siempre es un placer. Pero es necesario que lo que ingerimos tenga la calidad y el sabor para hacer de cada bocado una experiencia agradable.

En España disfrutamos de una dieta mediterránea que, en muchos casos, está presidida por carne, y en Castilla y León la materia prima roza la excelencia cuando se aborda el terreno cárnico.

La I.G.P. CARNE DE ÁVILA presenta una serie de particularidades que la convierten en una carne de prestigio, procedentes del terreno donde se crían los animales que ampara su sistema de producción, y el buen hacer de los ganaderos.

Las ganaderías abulenses apuestan por la sostenibilidad, respetando el medio ambiente y manteniendo el medio rural. Además, confieren a la Carne de Ávila la calidad diferenciada de un alimento que ha revalorizado toda esta labor y se ha convertido en un producto muy demandado por el consumidor y reconocido por la legislación de la Unión Europea.

Características

La carne procedente de estos animales presenta consistencia firme al tacto, ligeramente húmeda y textura fina. El color es brillante entre rojo claro y rojo púrpura, con grasa de color blanco a crema y de una elevada apreciación global por su terneza, intensidad y calidad del sabor.

La carne de vacuno es un alimento completo y esencial para una dieta sana y equilibrada, destacando por su elevado contenido proteico.

La maduración supone, en opinión del consumidor una mejora de la calidad de la carne hasta por lo menos veintiún días, siendo una maduración de larga duración necesaria para obtener carne de calidad, con un óptimo de catorce días.

Requisitos IGP

Considerando la edad al sacrificio se distinguen entre la ternera, el añojo y el novillo.

En el primero de los caso, la ternera se define como el animal que se destina al sacrificio con una edad máxima de doce meses, habiendo permanecido con la madre al menos durante cinco meses.

El añojo, sin embargo, es destetado con una edad mínima de cinco meses, que se destina al sacrificio con una edad mayor de doce meses y hasta los veinticuatro meses.

Y por su parte, el novillo se destina al sacrificio con una edad mayor de veinticuatro meses y hasta los cuarenta y ocho meses.

Etiquetado

Cada canal amparada lleva un juego de etiquetas para su identificación y trazabilidad de la canal, piezas y porciones. 

Carne de Avila se presenta a los consumidores identificada mediante las etiquetas y contraetiquetas correspondientes.

Sistema de cría

Las prácticas de explotación de las hembras reproductoras de la Raza Avileña-Negra Ibérica declaradas por una ganadería inscrita en los Registros de la I.G.P., se corresponderán con las técnicas y usos de aprovechamiento de los recursos naturales en régimen extensivo y/o trashumante, de cuidado del Medio Ambiente y de Bienestar animal.

La trashumancia es un sistema de producción ancestral basado en el aprovechamiento de los recursos naturales trasladando el ganado entre lugares y en periodos de tiempo diferentes y complementarios: pastos de sierra en verano-otoño y dehesas de encina en invierno-primavera. Son sistemas extensivos con baja carga ganadera, que como media está comprendida entre 0,2-0,4 UGM/Ha, en zonas donde tradicionalmente pastorea esta raza y que, en caso contrario, tendrían un muy difícil aprovechamiento.

Las explotaciones ganaderas acogidas a la I.G.P. Carne de Ávila, respetarán obligatoriamente las normas nacionales y comunitarias en relación con la producción, cría y cebo de los terneros, las referidas al transporte y al bienestar animal.