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Sanidad estudiará el incremento de alergias en niños y su impacto 30 años después

El estudio quiere llegar al registro de de unos 1.000 episodios con información de hasta 400 niños

Sanidad estudiará el incremento de alergias en niños y su impacto 30 años después
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 3 min.

La Red Centinela Sanitaria de Castilla y León quiere aportar nuevos datos a la comunidad científica sobre la prevalencia de las alergias en niños y si su incremento, todo indica que sí, puede estar relacionado con la contaminación ambiental, el aumento de aditivos en los alimentos, comidas procesadas, incremento de alimentos de otras zonas y también cambios en rutinas como el aumento de la higiene.

Para ello, se ha retado no sólo a estudiar durante dos años la incidencia de estos episodios exclusivamente en población infantil, con edades comprendidas entre los cero y los 14 años, sino dar un paso más y comparar los resultados con los de hace 30 años, ya que en 1991, la Red se empeñó en estudiar las manifestaciones alérgicas agudas en población general, a lo que se sumó en 1996 un registro de sibilancias en la infancia y en 2006, una investigación sobre las dermatitis atópicas.

Los datos se vienen recogiendo desde 2020, aunque el estudio se vio paralizado por la pandemia y se retomó este año. La idea es que a finales de diciembre se recojan todos los datos para analizarlos y contar con las primeras conclusiones antes de Semana Santa, según explica a Ical, el coordinador de la Red,Tomás Vega Alonso, que precisa que al cierre de año habrán registrado unos 1.000 episodios con información de hasta 400 niños.

"Vamos a comparar los datos que obtuvimos con los de 30 años después, y ver si ha habido una modificación en términos de edad, si los episodios son más tempranos o más tardíos; si el tipo de manifestación alérgica ha cambiado; si ha habido una modificación en el patrón de la población alérgica", precisa a Ical.

Los objetivos generales del estudio epidemiológico descriptivo pasan por estimar la incidencia de episodios alérgicos agudos; describir los procesos, estacionalidad, posibles causas y diagnósticos, así como la atención que reciben los pacientes, y valorar la calidad de vida de los afectados y sus familias. Para ello, están colaborando tanto los pediatras integrados en la red, como profesionales de Enfermería Pediátrica, que se encargarán de estudiar las circunstancias ambientales y el impacto en la calidad de vida de los niños y su progenitores.

"Una de las cuestiones que más nos preocupa es el impacto en su calidad de vida, en su rutina diaria. Para un niño con alergias alimentarias que come en el comedor escolar existen restricciones; como cuando uno con asma alérgico se va de excursión a la nieve, va con miedo y mil precauciones ante algún tipo de ataque de asma".

"Que un niño tenga alergia a las picaduras de insectos, como las avispas que puede ser muy grave, puede implicar que tenga miedo a salir al campo, a interactuar con normalidad en el parque con sus amigos", con lo que implica en situaciones angustia y miedo de los progenitores, incluso una sobreprotección que puede influir en el modo de interactuar del niño. A ello se unen problemas en su vida laboral, ante la necesidad de acudir al médico o acudir al colegio. "Las alergias, que son muy frecuentes, tienen un impacto importante en la vida de los niños y en la general de la familia".

Un 5% necesita atención urgente

A grandes rasgos, la mayor parte de las manifestaciones alérgicas son banales, como las rinitis, digestivas, y muy pocos casos son anafilaxias, cuadros extremadamente graves que obligan a una tratamiento urgente en el domicilio o en un punto de atención continuada. Se estima que más de un cinco por ciento de los niños precisan de este tratamiento urgente en Castilla y León, y sobre un uno, tratamiento con adrenalina.

"Es un problema que tenemos ahí, y que queremos ver si ha evolucionado en los últimos 30 años y el impacto que tiene de la calidad de vida. Se dice que ha aumentado por el consumo de alimentos que no son los autóctonos, que proceden de países tropicales; por la contaminación, el exceso de higiene que hace que nuestro cuerpo no esté preparado para responder a los alérgenos externos... La intención no es responder a esta pregunta, pero sí explorar si ha habido un cambio de patrón en estos 30 años; si indica un aumento o un descenso; aparición más temprana o tardía?", sentencia a Ical el coordinador de la Red.