En una empresa emplazada en un polígono industrial del extrarradio burgalés
La Guardia Civil, siguiendo las directrices marcadas por el Plan Nacional contra el Robo de Cobre, en el marco de la Operación Valsordo, ha detenido a 16 personas e investigado a otras 5, pertenecientes a una organización criminal dedicada al robo de cable de cobre en parte del territorio nacional.
A los detenidos se les atribuye el robo de cerca de 58 toneladas de cable de cobre y otros, en las provincias de Badajoz, Cáceres, Cantabria, Ávila, Alicante, Albacete y Valencia. En la operación se han intervenido 5 furgonetas (una procedente de un robo cometido en Valencia), 36 kilogramos de cogollos de marihuana seca preparadas para su venta en bolsas al vacío, 20 cajas embaladas de bicicletas sin montar, 3 microondas, 195 prendas de ropa de una conocida marca y 5 vehículos a motor, entre otros objetos, y durante el transcurso de las investigaciones se pudo demostrar el robo de 58 toneladas de cable de cobre, es decir más de 19 kilómetros, de los que se ha logrado recuperar 12 toneladas que se encuentran a disposición judicial.
La operación se inició a principios del presente año, cuando la Guardia Civil tuvo constancia de que se habían producido robos de cable de cobre Millberry, en dos Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de las localidades de Cebreros y El Tiemblo, en la provincia de Ávila. Tras analizar los hechos, se pudo verificar que no solamente esas dos estaciones habían sido objeto de esos robos, sino que también lo habían sido las EDAR de Candeleda y Piedralaves, también en la provincia abulense.
Por tal motivo, los agentes iniciaron una línea de investigación centrada en la búsqueda de los posibles autores, detectar los posibles puntos de venta del cobre robado, e inspeccionar chatarrerías o centros gestores de residuos metálicos para comprobar el correcto reciclaje y tratamiento de este tipo de metal. Fruto de estas investigaciones, la Guardia Civil localizó el turismo utilizado para cometer el robo de la EDAR de la localidad de Cebreros. Dicho vehículo, lo utilizaba un individuo con residencia en La Cañada Real de Rivas-Vaciamadrid (Madrid).
Continuando con las investigaciones, los agentes pudieron constatar que esta persona mantenía contacto habitual con otras diez personas más, que llevaban una vida superior a sus posibilidades ya que ninguno de ellos tenía contrato laboral que pudiera justificar sus elevados gastos personales. Igualmente, se puso de manifiesto que los implicados realizaban desplazamientos de, incluso, dos y tres veces por semana, a las provincias de Badajoz, Cáceres, Cantabria, Ávila, Madrid, Albacete, Toledo, Alicante y Valencia, con el objeto de sustraer cable de cobre en otras EDAR, Empresas Agroalimentarias y Polígonos Industriales.
Una vez efectuados los robos, escondían el cable de cobre en inmediaciones de los lugares donde los cometían, para no levantar sospechas en caso de ser identificados en algún control policial rutinario. Posteriormente, regresaban a Madrid de vacío y dependiendo de la cantidad de cable de cobre que habían escondido alquilaban una furgoneta o varias para recoger el cable robado. Para ello, adoptaban numerosas medidas de seguridad para tener suficientes vías de escape en caso de ser descubiertos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Una vez transportado, lo vendían a una chatarrería clandestina ubicada en la Cañada Real, la cual no poseía ni rótulos ni publicidad. Se ha podido verificar que se encontraba en situación ilegal al no estar dada de alta en ningún organismo competente. A continuación, esta chatarrería trasladaba el cableado a otra ubicada en Fuenlabrada. Para dar una apariencia legal a las ventas del cable de cobre, emitían facturas con datos fiscales de clientes y antiguos clientes, sin su conocimiento ni consentimiento, destacando que en algunas ocasiones esos clientes habían fallecido.
Por tal motivo, los agentes incautaron dos furgonetas, en las localidades extremeñas de Santa Amalia y Mérida, que contenían 8.000 kilogramos de cable de cobre que previamente había sido sustraído en Almendralejo y Medellín y se detuvo a 6 personas. Posteriormente, la Guardia Civil procedió a inspeccionar chatarrería ilegal de La Cañada Real aprovechando que se estaba efectuando una entrega donde se detuvo e investigó al resto de personas implicadas. Las bicicletas y prendas de ropa incautadas provienen de otros robos cometidos a camiones de transporte en estaciones de servicio de la Carretera de Andalucía y a una nave industrial de almacenamiento de Jaén.
Además, también se ha podido demostrar la implicación con el tráfico de drogas. A los detenidos se les atribuye los supuestos delitos de Robo con Fuerza, Asociación Ilícita, Robo y hurto de Uso de Vehículo a Motor, Falsificación de Documentos, contra la Salud Pública y Receptación. La operación ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ávila en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil de Ávila, la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Badajoz y la Policía Local de Getafe y Rivas-Vaciamadrid.
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Se establecen indemnizaciones que superan los 48.000 euros y multas de más de 450.000 euros, estas últimas fundamentalmente por el delito de blanqueo de capitales.
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