Los cucurrumachos de Navalosa, protagonistas del Domingo Gordo de carnaval

Ni la nieve, ni el frío han amedrentado este Domingo Gordo de carnaval a los pavorosos cucurrumachos en la localidad abulense de Navalosa (323 habitantes), cumpliendo nuevamente con este ritual de origen celta, en el que estos seres horripilantes han vuelto a inundar las calles del pueblo con el sonido de los pesados cencerros colgados en la espalda.

Estos aterradores personajes son los auténticos protagonistas de unos carnavales que, declarados de Interés Turístico Regional, forman parte de la idiosincrasia de los vecinos de este municipio situado en la vertiente norte de la Sierra de Gredos.

Pese a la tarde desapacible, cientos de vecinos y visitantes han vuelto a revivir uno de los carnavales más arraigados y con más historia de la provincia de Ávila, junto a otros como el de Cebreros, declarado de Interés Turístico Nacional.

A diferencia de este último, caracterizado por el colorido y la fiesta, el de Navalosa sorprende y sobrecoge por su autenticidad e historia, así como por el protagonismo, casi absoluto, de los cucurrumachos, este domingo compartido con la nieve.

Mantes 'pingueras', máscaras de madera y cornamentas

Estos seres horripilantes han vuelto a tomar las calles de la localidad ataviados con las mantas 'pingueras', características de la zona, y una máscara de madera, rematada por una cornamenta y una pelambrera elaborada con crines de caballo.

Así han recorrido el pueblo con las varas de madera y los sacos de paja que han ido esparciendo y arrojando entre los asistentes, mientras han hecho sonar los cencerros atados al cinturón, generando una 'banda sonora' producida con un traqueteo constante.

Este estruendo constante y monótono ha advertido de sus presencia a los vecinos y visitantes que, al llegar a la plaza del Ayuntamiento, les han abierto paso para que, junto a los 'quintos nuevos' protagonizaran el acto central del Domingo Gordo de carnaval en Navalosa.

Allí, con la nieve cayendo, se han concentrado cientos de personas en torno al gran tronco de chopo, alrededor del cual han danzado los cucurrumachos, acompañados por las serranas y los 'quintos nuevos' -5 chicos y 4 chicas- que han protagonizado una de las tradiciones carnavaleras más singulares de la provincia.

Silencio roto por cencerros y sonidos guturales

Como cada año, el habitual silencio de Navalosa se ha comenzado a romper en torno a las 17.00 horas, cuando los cucurrumachos han salido de las casas y garajes en los que se han transformado en estos seres vinculados a los ritos de exaltación ganadera, las gallegas festas do entroido o a la tradición celta.

Las mantas pingueras de la zona y las máscaras han impedido reconocer a quienes iban debajo, ya que estos personajes, que no pueden hablar, sólo emiten sonidos guturales y saltan para hacer sonar los cencerros atados a los cinturones, generando un ambiente fantasmagórico e irreal.

Tras recorrer las calles del pueblo, han confluido en la plaza del Ayuntamiento con los 'quintos nuevos', vestidos con traje, dos pañuelos, sombrero negro, cintas y escarapelas, todo ello completado con un bastón.

Antes, por la mañana, los 'quintos nuevos' han recorrido las casas de la localidad para recoger el dinero y todo tipo de viandas -dulces, huevos, latas, bebidas, arroz...- que les han entregado los vecinos y que esta noche compartirán con familiares y amigos.

En torno al tronco de chopo, los 'quintos viejos' y los 'quintos nuevos' han dado vueltas y han jugado con el público, al que han arrojado los sacos de paja que portaban a sus espaldas.

Durante el acto central se han leído coplillas realizadas por vecinas del pueblo, al mismo tiempo que se ha bailado y se ha bebido limonada en torno al mayo, antes de que se produjera la simbólica muerte de la vaquilla, representada por uno de los 'quintos nuevos'.

La fiesta contó con la presencia, entre otros, del presidente de la Diputación provincial de Ávila, Carlos García, acompañado de varios diputados de la corporación provincial.