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La Diócesis creará un grupo de seglares para acompañamiento pastoral en la provincia

El obispo de Ávila, Jesús Rico, ha recordado en su mensaje navideño que estas navidades "el gran regalo para los hombres es Jesucristo"

La Diócesis creará un grupo de seglares para acompañamiento pastoral en la provincia
El obispo de Ávila, Jesús Rico, frente al Belén del Obispado. I Foto: Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
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La Diócesis de Ávila creará un grupo de seglares comprometidos que realizarán labores de acompañamiento pastoral con el objetivo de paliar la falta de sacerdotes en la provincia, según ha informado este viernes el obispo de Ávila, Jesús Rico, durante el tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación.

Monseñor Rico, que en septiembre cumplió un año "de adaptación" al frente de la Diócesis, ha destacado que "la realidad es muy distinta en la ciudad que en nuestros pueblos, muy pequeñitos algunos, que están distribuidos en unidades pastorales y a lo mejor un sacerdote tiene siete u ocho pueblos a los que puede ir una vez al mes". Por este motivo ha mostrado su voluntad de "hacer un grupo de seglares comprometidos que puedan hacer acompañamiento pastoral, formándoles en todas estas realidades", a la vez que ha señalado que "nuestros sacerdotes no son perfectos, pero son buenos y están haciendo también una labor de entrega muy meritoria".

"No se trata de hacer sacristanes", ha señalado el prelado, sino "más bien una atención pastoral de seguimiento de la gente". El primer paso para esta iniciativa será el día 11 de enero durante el Consejo de Pastoral, donde representantes de todas las zonas de la provincia analizará el plan de Pastoral del año.

Mensaje navideño

Jesús Rico ha transmitido durante este encuentro con la prensa, como es tradicional, su mensaje para esta Navidad, que reproducimos íntegramente:

"En la misa de media noche resuenan las palabras del Evangelio de San Lucas, donde se nos narra que unos pastores fueron los primeros destinatarios del ángel del Señor, que los rodeó de luz y les dijo: 'no temáis pues os anuncio una gran alegría que lo será también para todo el pueblo. Os ha nacido hoy en la ciudad de David, un salvador que es el Mesías, El Señor'. Es una costumbre tradicional en la Navidad el intercambio de regalos realizado de maneras muy diversas, Papá Noel o Santa Claus.

Entre nosotros, los regalos son atribuidos a los Reyes Magos o al mismo Niño Jesús. Todo ha sido convenientemente utilizado por la sociedad de consumo para impulsarnos a comprar y a consumir, pero hay algo más profundo en el origen de la Navidad. El gran regalo que nos recuerdan estas fiestas es el que nos ha hecho el mismo Dios dándonos a su propio hijo. El gran regalo para los hombres es Jesucristo. En él se nos ha manifestado, como nos dirá San Pablo, la bondad de Dios, nuestro Salvador y amor de los hombres. Dios viene como un niño para que no le tengamos miedo. Solamente con el corazón de niño podemos acercarnos a él.

Son los pastores, los que viven a la intemperie, quienes escuchan la buena noticia. Ellos simbolizan a los que no son importantes, a la gente humilde que a los ojos del mundo no cuenta, y simbolizan también a todos aquellos que en la larga noche de la historia siguen manteniendo la esperanza.

Jesús quiere nacer hoy en medio de nosotros. Hoy, y no hace 20 siglos. Llama a nuestra puerta y pide que le hagamos sitio en nuestra vida. Dispongamos para acogerlo, para escucharlo, para hacerlo presente en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestra sociedad, en nuestro mundo. No es posible creer en un Dios que ha querido compartir nuestros problemas y sufrimientos, y organizar luego nuestra vida de manera individualista y egoísta ajenos totalmente a las necesidades de los demás.

La Navidad puede ayudarnos a descubrir mejor el carácter interesado de nuestras ocupaciones y nuestra relaciones, y puede ser una llamada a vivir de manera más generosa y gratuita, colaborando en crear una sociedad más fraterna y solidaria. Para que sea realmente Navidad no olvidemos esto: Dios viene para quedarse con nosotros y nos pide que cuidemos de nuestros hermanos y hermanas, especialmente de los más pobres, débiles y frágiles. A él nos confiamos, a él nos entregamos. Dejemos que venga a nosotros. En su nombre nos felicitamos, deseándonos alegría y paz, pues en Jesús una Feliz Navidad a todos".

Encuentro entre el obispo de Ávila y los profesionales de los medios de comunicación.