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La Semana Santa de Castilla y León también es rica en gastronomía

De las sopas de ajo, potaje de vigilia y patatas 'viudas' a los sabores dulces de las torrijas, las flores o los socorritos

La Semana Santa de Castilla y León también es rica en gastronomía
Yemas de Santa Teresa.
Isabel  Rodríguez
Isabel Rodríguez
Lectura estimada: 2 min.
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La Semana Santa no solo es uno de los mayores reclamos culturales y turísticos de Castilla y León. También es rica en gastronomía, con un elenco de propuestas culinarias que van desde los dulces a los platos de cuchara que tradicionalmente se han degustado en esta época del año. Hacemos un repaso por algunos de los sabores que conquistarán el paladar de los más exigentes durante estos días.

Si hablamos de platos de cuchara, empezamos por dos tan sencillos como contundentes, como las sopas de ajo, un plato típico de la Semana Santa, especialmente en Zamora. Aquí es tradición coger fuerzas tomando unas sopas de ajo en la madrugada del Viernes Santo, en el descanso de la procesión de Jesús Nazareno. Y el Domingo de Resurrección, en Zamora es tradición almorzar el 'Dos y pingada', un plato a base de huevos fritos, magras de cerdo (jamón serrano a medio curar) y pan, entre otros ingredientes.

El potaje de vigilia es otro de los platos típicos de la Semana Santa, un plato con un especial arraigo en Castilla y León y que no puede faltar el Viernes Santo. La receta más extendida incluye garbanzos con espinacas y bacalao en salazón e, incluso, un poco de arroz.

¿Hacen unas patatas 'viudas'? El curioso nombre de este sencillo plato es que se elabora básicamente con patatas, sin ningún aderezo, porque hay que recordar que la Cuaresma es tiempo en el que hay que renunciar a la carne. Y la receta se ha mantenido inalterable con el paso del tiempo. Las patatas, simplemente, se cuecen y se acompañan con pimentón, aceite y sal. Y listas para comerlas.

Y, por supuesto, no pueden faltar los dulces, desde las tradicionales torrijas a las yemas de Santa Teresa o las flores, unos dulces típicos de Ávila que se sirven con azúcar y canela. De Palencia también llegan sabores dulces en Semana Santa, como los amarguillos, almendrados, las ciegas o los socorritos. Y de la provincia de Valladolid, las cocadas y los empiñonados.

Hay más tentaciones dulces en Semana Santa, como los canutillos de hojaldre rellenos de crema o la aceitada, un dulce artesano, de forma circular y bañado en huevo que preparan en Zamora.

Para finalizar este recorrido gastronómico, nada mejor que hacerlo con el hornazo de Salamanca, embajador de la gastronomía de esta provincia y protagonista culinario del Lunes de Aguas, el lunes después de Semana Santa.

Un último apunte: la bebida la pone León, y su 'Matar judíos', una limonada de vino con agua y azúcar.