¡Jirafas poetizadas! El jardín de Ignacio Goitia

Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC

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¡Jirafas poetizadas! El jardín de Ignacio Goitia
O.R.R
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Lectura estimada: 3 min.

Los viajes de las mágicas JIRAFAS son actos de belleza que reconstruyen un recorrido visual tejido desde la alegoría.

Inmersos en las fábulas de las jirafas, advertimos la destreza de los artistas de Bilbao para concatenar extremos, para unir opuestos que se regeneran en la conciliación con Rousseau. El nuevo valor expresivo y simbólico de la Jirafa, perfila y diversifica el universo pintado en las fantasías de El Bosco. Desde el imaginario antropológico, el simbolismo y el símil se adentran en las creaciones ingeniosas, para dar forma a la divinidad pagana representada en el retorno al Olimpo de los ciclos iconológicos del artista vasco.

Las representaciones entran en el culto al paganismo del reino animal, mitológicas visiones que expresan la dimensión aleatoria del mágico animal, emblema en la trayectoria del coreógrafo pintor. Divino leitmotiv.

Frente al territorio apolíneo y ordenado, la jirafa desplaza las ataduras del bello orden cartesiano para apelar al carácter satírico y astrológico, un idílico y abismal debate que se expresa para generar preguntas.

¡Triunfan las fuerzas salvajes de la Naturaleza, representada en el alma de la jirafa!

El paisaje sombrío y abismal, inundado de espíritu saturniano, se activa con ironía al girarse ante las expresiones de la Naturaleza primitiva. Ante los dos sistemas contrapuestos, la síntesis es un trabajo(proceso) del espectador. El subtexto de las obras de Goitia, inunda de luz cada representación escénica. La lumínica y conciliadora jirafa, alegoría de una iluminación expresada en el retorno a la Naturaleza, despierta la fantasía del gran Sueño.

Desde la exaltación de la belleza de los Órdenes Clásicos, cada jirafa expresa una respuesta a los tratados de los humanistas; desde un inquietante discurso antivitruviano, que queda suavizado en una réplica desbordante de ingenio poético, se nos revela la capacidad teórica y filosófica de un genio. El espectador decide, el pintor elogia a Palladio e inserta, desde la sátira tierna, la descontextualización de la jirafa como posible variante de los órdenes dórico-jónico-corintio-toscano-compuesto; inscribe a la jirafa en las analogías que llevan a la iconografía de Hermes, Cariátides y Atlantes. Una inmersión que nos adentra en una inevitable relación con el universo de Luis Buñuel. Se puede soñar con la Edad de Oro, se recorren los versos de Lorca en los aposentos de Eros.

Estamos ante un artista-mago que debe estudiarse desde el devenir bergsoniano de Ramón Gómez de la Serna.

No advertimos las variantes surrealistas de las imágenes, al tratarse de obras complejas realizadas por un poeta que deconstruye al tiempo lo puro y lo impuro.

Las obras son críticas y, al mantener una carga simbólica de figuras poéticas, se transpone una narrativa visual cambiante para aportar asociaciones claras y, al tiempo, indecibles.

El animismo de la jirafa nos lleva a las obras de Johann Zoffany, se apuesta por la educación maximalista de la escena de la Galería de los Uffizi, un espacio onírico que libera de normas, para adentrarse en asociaciones nuevas que determinan la irracionalidad salvaje del alma romántica.

Desde el desplazamiento icónico-semántico, el collage lleva a un enigma insertado en las fragmentaciones unificadas por la nueva realidad enmarcada en cómodas subversiones que, incorporadas desde un imaginario dinámico, nos recuerda que el poder de los símbolos es unir.

La jirafa integra caminos, convertida en arquetipo solar neoplatónico, traduce en su interior el territorio de tinieblas de los cíclopes, del Tartalo de Bilbao; eje del Gigantismo poetizado y potenciado en los megalómanos personajes del Renacimiento italiano, desde Miguel Ángel a Giambologna. Estamos ante un nuevo Apenino emparejado con la grandiosa escultura del jardín de Pratolino.

La humanizada jirafa, transciende los conflictos estéticos para redimirse en un bosque sagrado homérico virgiliano.

Entre parterres coreografiados por Rudolf Nuréyev, el viaje maternal de las jirafas de Goitia se alimenta de la escalera en espiral para dar forma a un museo portátil. Ante la imagen de la jirafa en El Coleccionista, podemos advertir las machas de la jirafa del poema de Buñuel, así reconocemos la dimensión maternal del insondable jardín de Ignacio Goitia. Estamos ante dos paraísos con dos bosques telúricos en su interior.

2 Comentarios

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liuba gonzález cid 5/26/2023 - 5:58:58 PM
Las jirafas, enigmáticas columnas cartesianas, entre el orden invisible y espiritual, donde lo que está arriba está abajo y viceversa. El simbolismo es eje trascendental en esta visión de "grandiosa escultura" en la poética de Goitia; representación escénica entre el orden biológico y el orden matemático, testimonio creador de las construcción ciclópeas. ¡Habrá que visitar tanta belleza cósmica y humana!
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errikarta errikarta rodríguez 5/25/2023 - 5:43:09 PM
Una visita obligada que haremos los tres cuando vengas, Zorionak por el texto, excelente como siempre.❤️
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