Vega Almohalla y el rapero madrileño Recycled J tocarán en los actos previos al Día de Castilla y León
Balón amarillo (bandera arcoíris), un paraíso de Víctor Gutiérrez
Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC
El libro Balón Amarillo, Bandera Arcoíris, es una obra admirable escrita con la sabiduría de un héroe; se trata de una experiencia determinada por la bondad de un periodista; mientras, el lector transita por los relatos desde el calor y la amabilidad de Victor Gutiérrez Santiago, waterpolista de élite que nos descubre ventanas de luz, para sanar las trayectorias de dolor llevadas en la piel del colectivo LGTBI.
Al abrirse ventanas en el texto, se descubre la alegoría de la libertad, alimentada por significativos objetos poetizados: el balón y la bandera. Ante la lírica de los dos objetos, uno está dominado por el color amarillo de los girasoles solares de van Gogh y Marc. El balón solar se vincula con el dios Apolo, con el amor eterno vivificado en el Parnaso LGTBI.
El libro es un collage bien hilado, las yuxtaposiciones se concatenan con conocimiento para unir universos diferentes, contrastes de mundos que enriquecen la obra desde dialécticas bien elaboradas.
La vida del autor, cómplice en todo momento, expresa el itinerario complicado y duro de un homosexual que, en parte, busca las respuestas de tantas preguntas abismales, algunas entran en la dialéctica del terror y la fascinación, una Odisea para un nuevo Ulises.
Entre las páginas, surge una galería de personas que configuran referentes y modelos en los que mirarse, hombres conocidos y amigos que acompañan este relato fluido y muy bien escrito(también merece la pena escucharle hablar), que se adentra en las circuitos e interferencias de la pubertad LGTBI; aportando datos científicos, apoyados en investigaciones rigurosas, se responde con el rigor de un buen periodista que contrasta fuentes y consulta múltiples datos.
Mientras se iban fragmentando la piezas de la coroza de Víctor Gutiérrez, la armadura de un dios por mar se definía en sus actos; se forjó un viaje entre hipocampos y tritones que alimentaban, desde las aguas míticas, su crecimiento interno y su físico hercúleo. El dolor por la pérdida de su padre, contruyó una fortaleza exterior regenerada por su amada madre.
Víctor es un tejedor(escritor), une puntos diversos y relaciona acontecimientos dispares que se van fundiendo en una muestra de modelos que lograrán ayudar al lector; con sucesos y vivencias, con autocrítica, el autor crea ejemplos en los que se implica con versosimilutd constante.
Ante los relatos de amor y de muerte, que se revelan con orden y emoción, surgen híbridas soluciones para incorporarlas a la vida cotidiana, a lo terreno.
Resultan muy valiosas las aportaciones desde el punto de vista de un deportista, con ejemplos cercanos y con datos que suman variados modelos.
La llegada a la Universidad Rey Juan Carlos, es un oasis para el autor. Entre sus compañeros de clase, encuentra la reciprocidad necesaria para avanzar. Chueca se convierte en un templo de la libertad, esencial eje de la travesía del autor.
Al terminar el manuscrito, imagino a Víctor vestido de Neptuno, triunfal en su sabiduría, modélico en sus mensajes; entre las aguas de un dios veloz, los lectores encontramos un refugio similar a la habitación propia de Virginia Woolf.