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Navaluenga, las construcciones ganaderas II

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Navaluenga, las construcciones ganaderas II
Juan Carlos Grande Gil
Lectura estimada: 4 min.
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Las portaleras de vacas

Estas construcciones ganaderas de carácter vernáculo estaban destinadas a guardar tanto ganado bovino de tiro, de carne o de leche. Se conservan buenos ejemplos de este tipo de construcciones, en distinto estado de conservación.

Están edificadas con mampostería trabada en seco reforzando las aristas y vanos con sillarejo bien acabado. La puerta carretera, de madera en dos paños, está enmarcada entre jambas realizadas en sillarejo de gran tamaño con la cara vista de forma alterna, una al exterior y la otra hacia el interior del vano. El dintel combina, según los gustos o materiales disponibles, entre vigas de madera o losas de piedra en forma rectangular de grandes dimensiones.

Se comunicaba al interior a través de un gran porche sostenido por dos pilares cuadrangulares realizados con grandes bloques de piedra que sujetaban la techumbre de teja árabe al exterior y grandes cerchas de madera en el interior. En este espacio se guardaban los carros y se ordeñaba aprovechando la luz natural.

En la plata baja de la portalera se situaban las cuadras, las pesebreras, las pocilgas y la vaquería donde se ordenaban las vacas. En la parte superior estaba la pajera a la se accedía a través de una escalera de madera.

 La bodega, el pajar y la cuadra          

La bodega, el pajar y la cuadra formaban parte de las instalaciones auxiliares de las viviendas que formaban el caserío de Navaluenga. En muchos casos la cuadra y la bodega estaban integradas en la planta baja de la vivienda.

Ya en el libro de la Montería del Rey Alfonso XI se mencionan viñedos en El Tiemblo y El Barraco. En otro documento de 1396 se venden unas viñas en Burgohondo a Pedro González de Ávila. La cultura vitivinícola en el Alberche viene de antiguo.

El vino formaba parte fundamental de la producción agroalimentaria, junto con la matanza del cerdo, los cereales, legumbres y las hortalizas que se producían en las tierras cultivadas o huertos.

Formaban parte de estas bodegas las tinajas (de diferentes tamaños), la tinajilla de las aguas o vino "embocado" o dulce, el pocillo, la zaranda y la escalera para poder "mecer" la tinaja al inicio de la trasformación de los azúcares del vino en alcohol.

Tras el pisado de la uva en el lagar, el mosto resultante era recogido en el pocillo para trasladarlo posteriormente a la tinaja donde se producía la transformación del mosto en vino. La materia sólida sobrante llamado "escobajo" era separada en la zaranda del hollejo de la uva. Con este sobrante denominado "casca", mediante destilación en 'las Culebrinas' o alambiques se obtenía el aguardiente u orujo.

La cuadra era el espacio destinado a guarecer al ganado de tiro, tanto caballos como burros o mulas, de las inclemencias meteorológicas. Las vacas y bueyes mansos destinados a tiro ocupaban las portaleras de vacas.

En muchas ocasiones la cuadra ocupaba una parte de la planta baja de las viviendas del caserío, buscando obtener una fuente de calor en los fríos días de invierno.

Las cuadras de mulas contenían una separación para cada animal y en la parte superior del edificio, generalmente de madera, disponían de un sistema de troneras para reponer el heno en el pesebre de cada mula.

El arriero, o persona que trajina con bestias de carga se encargaba de la venta del sobrante que producían los agricultores y ganaderos. Junto con los "carreteros" también se ocupaban del traslado de cargas, personas o ganado, en tiempos previos a la aparición de los medios motorizados.

Tanto carreteros como arrieros tenían fama de ser personas honradas y valientes, gozaban de aprecio y buena reputación, dichas cualidades eran importantes para que se les confiaran el traslado de mercancías, que frecuentemente, defendían arriesgando su propia vida. De su actividad profesional surgieron los caminos carreteros para el tránsito de carros y carretas; y los caminos de herradura para los burros y mulas  que utilizaban los arrieros.

Las pilas, los poyos y ganchos en las puertas de las casas

Además de cuadras y pajares, existieron otras dependencias auxiliares como los gallineros y pocilgas que se adosaban, en algunos casos, a la vivienda principalmente en las provistas de corral delantero. Se utilizaban para  guardar el ganado avícola y de cerda, respectivamente.

Era habitual la instalación de pilas labradas en piedra a la puerta de las cuadras, pocilgas y pajares que se destinaban a dar de comer a los cerdos. Estas pilas tenían un orificio en la parte inferior que facilitaba su limpieza, que se realizaba todos los días, para evitar malos olores y porque contaban los mayores que en invierno, debido a la falta de alimento, los lobos bajaban por la noche al pueblo para alimentarse de los restos que quedaban en ellas.

Junto a la puerta de la casa se situaba el poyo o piedra para sentarse y hablar con los vecinos y familiares sobre la actualidad mientras se realizaban tareas de costura, cuidado de los más pequeños o se disfrutaba, en verano, de los ratos de ocio al fresco.

En las jambas de la puerta, aún pueden verse, los ganchos de hierro forjado que servían para "colgar al sereno" a los animales sacrificados para el consumo de la familia, acción que era necesaria para poder despiezarlos al día siguiente.

Aún quedan ejemplos de las aldabas de hierro que se instalaban cerca de las puertas de las casas, de las cuadras y pajares para atar a los animales de tiro mientas se les ponía la carga, se descansaba, se comía o se "aparejaba a las caballerías" que es como se denominaba a la acción de poner la ropa y correajes necesarios para realizar las labores de tiro.

 

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