El consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Miguel González, ha sostenido este miércoles en Ávila, poco antes de entregar las distinciones a los trabajadores de esta administración que se jubilan, que los empleados públicos deben llegar a casa "cansados".

El consejero ha agradecido el trabajo de los empleados públicos que son, ha dicho, "el corazón y el cerebro de la Administración", ya que sin ellos "sería imposible desarrollar los cometidos de servicio público".

Por ello, ha realizado un "reconocimiento global" a este colectivo por una labor diaria, que aparece reconocida tanto en la Constitución Española, como en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

En este contexto, el consejero ha recordado los principios generales que deben regir el desempeño de los servidores públicos, entre los que ha citado la integridad, la neutralidad, la transparencia y la dedicación.

"Los empleados públicos debemos llegar a casa cansados", ha sostenido, antes de añadir: "Al final se trata de que a la hora de comer podamos reconocer que el ciudadanos nos ha pagado nuestro sueldo ese día y de verdad ha sido por un esfuerzo intenso en beneficio de la colectividad".

Igualmente, ha comentado que los empleados públicos deben tener "iniciativa, creatividad y formación", ya que actualmente esta última "no es un derecho del funcionario, sino un deber", ya que las nuevas tecnologías o la Inteligencia Artificial (IA) "obligan a estar permanentemente actualizando los conocimientos, si de verdad se quiere prestar un servicio público de calidad".

Luis Miguel González también ha hablado de la necesidad de orientar al ciudadano y de "estar atentos a una atención personalizada" porque "cada expediente tiene que significar ponerse en el lugar del ciudadano y de lo que está reclamando".

Asimismo, ha indicado que el funcionario tiene que actuar desde la "ejemplaridad", tanto ante los ciudadanos, como ante el resto de entidades y colectivos, para "proceder con justicia y honestidad".

Por otra parte, el consejero de la Presidencia ha considerado "posible" que en el primer semestre del año la Junta de Castilla y León pueda situar el nivel de temporalidad por debajo del 8% que recomienda Europa, tras un proceso de estabilización que aún se encuentra en marcha.