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"La palabra 'ingeniería' ya parece que causa una repulsión a las niñas, simple y llanamente"

La catedrática de Ingeniería Informática María José Escalona valora la situación de la mujer en las carreras técnicas y científicas

"La palabra 'ingeniería' ya parece que causa una repulsión a las niñas, simple y llanamente"
María José Escalona. (Foto: EFE)
R.C.G.T
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Dentro de poco la mayoría del empleo cualificado se hará en equipos multidisciplinares en los que la tecnología y la informática serán el vector principal y, para eso, las mujeres poseen unas cualidades que las hacen perfectas para esos puestos, afirma María José Escalona.

En una entrevista con EFE con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Escalona, catedrática en Ingeniería Informática en la Universidad de Sevilla e investigadora en el departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos, opina sobre la falta de mujeres en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y cómo se puede combatir.

 

Pregunta: ¿Cómo se llega a catedrática en un ámbito tan masculinizado como la informática?

Respuesta: Pues se llega rompiendo muchos techos de cristal. Y lo peor es que yo he sido consciente de esos techos de cristal años después de haberlos roto. Y se llega también con mucho trabajo y con la ayuda de gente que cree en ti y te apoya porque si no, no podrías llegar. También llevándote muchos chascos porque te lo van a poner difícil.

P: ¿Cómo elegiste la informática?

R: Gracias a mi profesora de Latín. Yo sabía que quería dedicarme a algo relacionado con la ciencia pero eso iba desde la medicina a la ingeniería de telecomunicaciones o las matemáticas, y un día hablando con ella me dijo que tenía un amigo que era matemático y que estaba promocionando una nueva titulación que se estaba abriendo en Sevilla, la de Ingeniería en Informática, que en esa época era una licenciatura, entonces me concertó una cita con esta persona que me contó que esta carrera era una mezcla entre ingeniería de la organización, las matemáticas, la empresa...y me enamoró al instante.

 

En mi primera clase podría haber unas 250 o 300 personas y yo era la única chica 

 

P: ¿Y después?

R: Pues que al llegar a casa después del primer día de Universidad les dije a mis padres: "Soy la más guapa de la clase. Pero también la más fea porque soy la única". En mi primera clase podría haber unas 250 o 300 personas y yo era la única chica. Después incluso llegué a ser Miss Informática, sin saber que eso existía, porque claro, no había otra.

P: Ahora es docente también. ¿Ha cambiado la situación?

R: No ha cambiado nada. De hecho, seguimos en ratios incluso peores. Con el bum del 'Efecto 2000' subió un poquito pero siempre rondamos el 12% de chicas. El año pasado fue aproximadamente del 9% y, esto es algo que pasa en Sevilla y en todo el primer mundo. La excepción son los países con ascendencia comunista, como China, Rusia, Ucrania o Cuba, donde, quizá por la educación, el perfil está mucho más equiparado y se busca más el empoderamiento de las mujeres, también en las familias, tal vez porque esas sociedades ven a sus miembros como seres productivos, sean hombres o mujeres, y no hay tantos estereotipos profesionales.

 

Soy incapaz de sentarme delante de uno para cacharrear o solucionar un problema pero es que la informática no es solo programar, ahora está en todos los campos, se aplica a todo

 

P: ¿Se juzga mal la informática?

R: La gente está muy equivocada. Mírame a mí, fui la primera mujer aquí en Sevilla en conseguir la acreditación de catedrática en mi área y tengo el currículum que tengo pero te aseguro que odio los ordenadores y que soy incapaz de sentarme delante de uno para cacharrear o solucionar un problema pero es que la informática no es solo programar, ahora está en todos los campos, se aplica a todo, solo hace falta ser una persona empática, muy social, y con muchísima capacidad para trabajar en equipos multidisciplinares, y eso son capacidades muy femeninas. Las mujeres estamos perfectamente capacitadas para esto, tenemos el talento necesario pero tendemos a buscar las profesiones relacionadas con los cuidados, como medicina, psicología o educación infantil.

P: ¿Por qué las adolescentes de hoy, que son nativas digitales, no quieren ser informáticas?

R: Porque sobre este perfil hay un estigma brutal y porque los mensajes que les llegan desde los sectores que se aproximan a ellos son muy negativos. Yo, por ejemplo, tengo una cuenta en Tik Tok en la que hablo de tecnología con los jóvenes y sigo los 'hashtags' relacionados con la ingeniería informática y veo que en muchos de ellos circulan bulos. Luego están las series de televisión, donde el informático es un tipo asocial metido en un sótano comiendo panchitos y con poca capacitación para ducharse, o una 'hacker' todavía más asocial como Lisbeth Salander, que tampoco es el perfil que buscan las jóvenes...

 

Es un trabajo que exige mucha empatía, relaciones humanas...y en eso, sinceramente, las mujeres tenemos, por regla general, más capacidad que los hombres. 

 

P: ¿Qué hace una ingeniera informática?

R: Pues de todo. Mi padre dice que lo hago porque soy 'muy maruja' y tiene toda la razón porque lo que yo hago es informatizarlo todo: un negocio, una casa, un problema, una profesión, pero para que eso funcione, hacen falta programas informáticos escritos en un lenguaje de programación (ceros y unos) y alguien que hable los dos idiomas: el del ordenador y el de la persona que va a usar esos programas. Eso es lo que hago. Me dedico a empatizar con la gente, a entender su problema y sus necesidades y a partir de ahí hago dibujitos, pósits y modelos que me ayuden a entenderte bien y a diseñar técnicas y lenguajes de comunicación para decirle al ordenador lo que quiero que haga, como si fueran los planos de una casa. Mi trabajo es casi ser una traductora que tiene que entender bien un problema para poder modelarlo de manera que pueda ser resuelto por una aplicación, un sistema o un programa informático. Es un trabajo que exige mucha empatía, relaciones humanas...y en eso, sinceramente, las mujeres tenemos, por regla general, más capacidad que los hombres. Empatizamos mejor.

P: Igual no saben lo importante que será la informática.

R: Estoy de acuerdo. Cuando yo voy a un instituto o a un colegio, siempre les pregunto qué quieren ser de mayor y ellos me dicen futbolista, bombero, médico...y después les digo, vale, pues ahora decidme cuál de esas profesiones no va a estar sustentada en la informática o Inteligencia Artificial en los próximos años porque los futbolistas ya negocian sus contratos a través del análisis de datos, los árbitros estudian con simulaciones...

P: ¿Qué perfiles harán falta en el futuro?

R: Los que tengan la capacidad de trabajar en equipos multidisciplinares porque dentro de poco no vas a poder ser un abogado (por ejemplo) ni trabajar en abogacía si no eres capaz de tener otro equipo que te aporte lo que tú no tienes. Adaptarse al entorno y saber trabajar con otras disciplinas será fundamental, una necesidad, porque nadie podrá hacer las cosas solo.

 

La palabra 'ingeniería' ya parece que causa una repulsión a las niñas. Simple y llanamente.

 

P: Será importante conseguir que haya niñas en esos equipos.

R: Pues sí pero la palabra 'ingeniería' ya parece que causa una repulsión a las niñas. Simple y llanamente. De hecho, fíjate, es muy curioso, en mi Escuela tenemos las titulaciones de informática y un grado específico de formación para ingenieros informáticos para que puedan trabajar con médicos y desarrollen sistemas médicos necesarios, por ejemplo, en un quirófano. Solo por llamarse Ingeniería de la Salud, el porcentaje de mujeres es mayor que el de hombres, y eso que aproximadamente en un 60 % es igual que la carrera de ingeniería del software.

P: ¿Qué habría que hacer para cambiar la vocación de las niñas?

R: El problema está en la escuela. Llevo muchísimos años diciendo que donde tenemos que trabajar es en Infantil y en los primeros años de Primaria porque cuando entran en la adolescencia, empiezan los sesgos y es cuando más influenciadas se encuentran por la sociedad que tienen alrededor, y ahora con el impacto de las redes sociales, todavía más. La formación tecnológica debería llegar antes a los niños y ser parte de la formación reglada porque ahora mismo con 10 o 12 años son analfabetos digitales y, lo que es peor, sin modelos de mujeres en los libros de texto que sirvan de referente a las niñas. 

Texto: Elena Camacho / EFE