Las acusaciones del comisionista contra el Gobierno y el PSOE dan alas al PP para redoblar su presión contra Sánchez, por ahora sin resultado, y orillar polémicas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este domingo que con la futura ley de amnistía va a haber un país "más cohesionado, con más convivencia y más unido que nunca" del que se van a beneficiar hasta quienes critican la norma.
En un acto organizado por el PSOE en el madrileño Ifema al que, según los organizadores, han asistido unos 9.000 militantes de toda España, Sánchez se ha mostrado convencido de que incluso "la derecha y la ultraderecha que claman para que España se defienda de un riesgo que no existe" se van a beneficiar de la ley de amnistía.
Así, Sánchez ha considerado que PP y Vox "claman para que España se defienda de un riesgo que no existe porque no se va a romper", sino que, en unos años, será un país "más cohesionado, con más convivencia y más unido que nunca".
En primera fila se han situado la práctica totalidad de los ministros socialistas del Gobierno, que han sido recibidos uno a uno con ovaciones, las más fuertes para el titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el recién llegado al Gobierno, el ministro de Transportes y Agenda Urbana, Óscar Puente.
Una encendida ovación ha recibido también al número tres del PSOE y responsable de la negociación directa con Carles Puigdemont, el secretario de Organización, Santos Cerdán, pero nada comparado con el entusiasmo desatado cuando ha sido presentado el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
En su intervención, Sánchez ha subrayado que cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, habla de un Gobierno "golpista, el PP, en vez de desmarcarse, dice que España va camino de una dictadura; si Abascal dice que soy un psicópata, el PP que sufro una enfermedad mental", una actitud que demuestra, a su juicio, que "Vox insulta y el PP, lejos de condenar, dobla la apuesta".
A este "ruido" de la posición, los socialistas van a responder "con trabajo, calma y serenidad, y a los insultos con sentido del humor", ha dicho el presidente, quien ha propuesto el lema 'Keep calm and carry on' utilizado por el Gobierno británico en 1939 para animar a la población antes de la II Guerra Mundial, como estrategia de la legislatura.
"Ante todo mucha calma y seguir hacia adelante porque vamos a seguir adelante le pese a quien le pese", ha dicho.
Sánchez ha hecho hincapié en que, pese a las críticas y al alarmismo de la oposición, "España es un país abierto y tolerante; feminista y ecologista; amante de la paz y la justicia social" en el que no van a prosperar "ni Trump, ni Bolsonaro, ni Milei, ni Feijóo ni Abascal; cuatro años más de avances sociales de un gobierno progresista".
El acto, que ha servido al presidente para enumerar los grandes proyectos sociales y económicos de la legislatura, estaba convocado para agradecer a los militantes su apoyo y su trabajo y para expresar la solidaridad del partido y el Gobierno con las agrupaciones socialistas y Casas del Pueblo que están siendo acosadas por la oposición.
Por eso, Sánchez ha enviado "un abrazo grande", especialmente a los trabajadores de la sede nacional de la madrileña calle de Ferraz, y se ha mostrado convencido de que "podrán asediar y atacar las casas del pueblo pero nunca van a poder derribar los valores y principios del PSOE".
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