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Cuatro décadas salvando vidas en la montaña: "Lo que es un simple paseo se puede convertir en una odisea"

Rubén Mata, jefe de la Unidad del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña de Barco de Ávila (GREIM), asegura que su misión es "rescatar con la mayor seguridad " a los accidentados y recomienda "planificación y experiencia para las rutas"

Rubén Mata Molinero, brigada y jefe de la Unidad del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña (Fotos: Arai Santana)
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 4 min.
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Cuando estás ahí arriba estás expuesto a cualquier tipo de situación que puede poner en peligro tu vida. Es en esos momentos, cuando todo está en juego, la figura de Rubén Mata Molinero adquiere toda la importancia de su puesto. Es brigada y jefe de la Unidad del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña (GREIM) de Barco de Ávila desde hace cinco años.

Junto a diez efectivos más de la Guardia Civil cubren turnos permanentes de 24 horas que se intesifican con más personal los fines de semana. Para poder llevar a cabo su labor necesitan una alta preparación física y técnica"pasamos por pruebas específicas, hay que desenvolverse bien en montaña. El curso dura nueve meses y se realiza en Candanchú con varias fases: invierno y verano...". 

El pasado año se llevaron a cabo 54 rescates, "batimos todos los récords en esta Unidad, desde que se creó". En lo que va de 2023, "llevamos 26", avanza. El helicóptero o los guías caninos son sus grandes aliados. Abarcan la zona norte de Gredos, parte de Extremadura, Salamanca, Ávila y parte sur de Zamora. 

Sentado en su puesto, Rubén espera cada día esa llamada inesperada del 062 o del Servicio de Emergencias 112, con estos últimos trabajan en estrecha colaboración, al recibir una llamada de auxilio en montaña se genera una ficha de rescate en el 112. "Por lo general, el 112 utiliza sus medios, pero en caso de no poder hacer frente a un rescate por ser de noche o bien por no poder utilizar su helicóptero nos llaman para realizar el rescate. Si la llamada es a través del 062, el rescate lo gestionamos nosotros dando conocimiento al 112 y si no pudiéramos realizarlo por cualquier circunstancia se lo transmitiríamos a la sala del 112", ahonda. 

 

 

Casi todo el equipo vive en el cuartel por lo que la respuesta es inmediata"te cambias y en menos de veinte minutos estás saliendo con el coche si es de noche. Si es de dia hay que esperar al helicóptero que tarda en torno a una hora, viene desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta nuestro helipuerto". 

No cabe duda, su oficina es el medio. "Te tienen que gustar las actividades de montaña. Hacemos sky de travesía, escalada en hielo...". Algunos accidentes no suelen tener las mejores condiciones climatológicas  "Hay que estar entrenado ya que partimos de climatología adversa, altitud... hay que conocer bien la zona, creamos nuestros propios tracks para poder realizar los rescates".

Mata Molinero considera que éste "es un trabajo vocacional, hemos tenido rescates de estar a menos 18 grados y tener que bajar a montañeros del Pico Almanzor en condiciones invernales muy delicadas, y tomando decisiones constantemente porque de ello depende la vida de la víctima.... pero nuestra misión es sacar a las personas con vida". Da especial importancia a la labor de coordinación del equipo, "hacen que se haga más fácil, con una simple mirada con el compañero ya sabes lo que tienes que hacer". 

 

 

Cualquier fallo que podamos cometer el desenlace puede ser fatal

 

A la pregunta sobre por qué hay tantas personas que se pierden, Rubén cree y da especial importancia a que las actividades "deben" planificarse. "Alguna gente no lo hace. Queremos hacer todo rápido e ir a la montaña y esto conlleva una preparación. Vemos por las redes sociales a gente aconsejando hacerlo pero le falta una preparación, cualquier fallo que podamos cometer el desenlace puede ser fatal". 

Cree que la montaña que 'vigilan' "es amable". "Te permite cometer algunos fallos, no es como otras montañas europeas, pero, aun así, pasan cosas". Con sus años de experiencia ha detectado que algunos senderistas "no consultan la meteorología. Se lanzan a realizar una actividad en montaña sin tener un perfil físico-técnico adecuado, no realizan una planificacion de la actividad, hay lugares en nuestras montañas donde hay zonas sin cobertura, si te pasa cualquier cosa estás vendido si estas solo". 

 

Lo que es un simple paseo se puede convertir en una odisea

 

Como ejemplo pone la Sierra de Bejar (Salamanca), que está a unos 2.400 metros de altitud, donde está la zona de 'El Calvitero'. "Es como una especie de llanura, parece fácil, pero, si nos encontramos en los meses de octubre-noviembre baja la niebla y la temperatura, no se lleva ropa adecuada, no tienes un punto de referencia... estaríamos ante un serio problema ahí arriba. Lo que es un simple paseo se puede convertir en una odisea. No hay que menospreciar la montaña, hay que ir mirando más allá".

¿Cómo se consigue tener más conocimiento de la montaña? "Saliendo con grupos de montaña, asociaciones, servicios de guía... empezar poco a poco, pasito a pasito". "Hay que buscar el terreno aliado, buscar las zonas menos comprometidas para reducir el riesgo". 

 

 

"Nuestra filosofía es no dejar a nadie en la montaña. No cejamos en buscar desde el minuto uno. Hacemos todo lo posible para encontrarlo".

 

Muchos de los rescates acaban con final feliz, otros como el del montañero de Béjar siguen siendo una incógnita. "Nuestra filosofía es no dejar a nadie en la montaña. No cejamos en buscar desde el minuto uno. Hacemos todo lo posible para encontrarlo y orientamos nuestros servicios para traer a la persona con sus familiares". 

La creación del GREIM estuvo motivada en los años 60 por el aumento de las actividades al aire libre y, como consecuencia, por el surgimiento de una nueva necesidad de recatar a personas accidentadas o extraviadas en áreas de montaña, pero no fue hasta 1981 cuando se creó el Greim de Barco de Ávila. 

Su trabajo refleja la intensidad, emoción y el peligro que envuelven las intervenciones de los profesionales más preparados para afrontar los rescates en difíciles situaciones. Esta unidad realiza salvamento de personas en escenarios tan diversos como alta montaña, barrancos, cuevas o senderos y han llegado a participar en sonados rescates como el de Blanca Fernandez Ochoa o en la última Dana en Toledo. 

La sensación de peligro siempre les sigue cada vez que salen de la base, pero su misión afronta ese miedo, ya que su objetivo es la íntima satisfacción del deber cumplido y rescatar sanos y salvos a todos aquellos que los necesitan.

 

 

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