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Ávila acoge el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de Iglesia en Castilla

Los días 10 y 11 de marzo en el Seminario diocesano de Ávila

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Ávila acoge el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de Iglesia en Castilla
Seminario Diocesano de Ávila
Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
Lectura estimada: 3 min.

El Seminario diocesano de Ávila acogerá, los días 10 y 11 de marzo, por tercer año consecutivo el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de Iglesia en Castilla; es decir, de todas las diócesis de Castilla y León, menos Astorga y León (que, por cuestiones históricas y eclesiales, tienen más trabajo conjunto con su diócesis metropolitana, que es Oviedo).

Se trata de unos encuentros con una "gran importancia" para el trabajo conjunto de las nueve diócesis participantes (Valladolid, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, Ávila, Segovia, Palencia, Burgos y Osma-Soria). Todas ellas, informaron, "trabajan en comunión aquellos acentos e intereses comunes". "Al final, nuestras diócesis son muy parecidas en cuanto a su configuración geográfica, poblacional, con los mismos problemas a nivel eclesial. Si somos tan parecidos, es bueno que pongamos sobre la mesa los retos, las dificultades, las esperanzas, porque nos podemos enriquecer todos". Así lo explica Gabriel Ángel Rodríguez, vicario general de la diócesis de Osma-Soria, y coordinador de Iglesia en Castilla.

Casi 100 personas participarán en este encuentro, que entronca con el de 2024, siguiendo un proceso de trabajo de tres años en torno a la "conversión pastoral y misionera, centrado específicamente en la reforma de las estructuras evangelizadoras tanto de las diócesis como de las parroquias, así como en la reestructuración del estilo de los agentes pastorales, sacerdotes, obispos, vida consagrada y laicos", informan.

"Decidimos seguir la propuesta metodológica que en la que tanto insiste también el Santo Padre del reconocer, interpretar y elegir. Por eso, el año pasado hicimos el primer paso: el reconocer. Hicimos no solamente un análisis sociológico, sino ver cómo la realidad que nos circunda, la realidad sociológica, cultural, económica también, se está afectando a nuestra tarea evangelizadora", explica el secretario general de Iglesia en Castilla. Por eso, en este 2025, ese camino, constataron, llega al segundo de los pasos, que es el interpretar. "Se trata ahora de profundizar, de analizar los datos obtenidos, lo cual implica reflexionar, ver un poco las causas y los efectos, y considerar sobre todo las consecuencias para ir clarificando el estilo pastoral y las estructuras que mejor ayuden al anuncio del Evangelio y siempre con la guía y con la luz de la Palabra de Dios".

El también Vicario General de la diócesis de Osma-Soria aclara que "no se trata de ser sociólogos, pero sí de interpretar la realidad que nos rodea a la luz de la Palabra de Dios y de la tradición, porque el trabajo pastoral no puede ser el mismo en las circunstancias actuales que en las de hace, por ejemplo, 50 años".

"Es evidente que el cambio de estructuras y de estilo está ahí y es necesario abordarlo. Pero sobre todo es muy importante insistir en el cambio de mentalidad. El año pasado se resaltaron entre otros algunos desafíos como la escasez de niños y jóvenes, la despoblación del envejecimiento, la soledad, particularmente la no querida, la dificultad de los migrantes de integración en muchas ocasiones, más recientemente las secuelas del COVID-19. Es evidente que en estos últimos años nuestra sociedad castellana ha cambiado mucho y nuestra Iglesia ha cambiado también mucho".

Ante unos cambios que se suceden "con extrema velocidad", Gabriel Ángel Rodríguez afirma que la Iglesia no debe permanecer ajena. "Las personas, los fieles que se acercan a nuestras iglesias y que participan de nuestras iniciativas son los ciudadanos de a pie, los que viven en el mundo. Por tanto, la Iglesia no es que tenga que amoldarse, pero sí que tiene que hacer un ejercicio continuo de adaptación". Por ello, aludiendo a una máxima por todos conocida (y muy repetida en el encuentro del año pasado), "si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes y aplicar métodos diferentes. Está claro. Y hasta que esto no lo tengamos claro o no lo implementemos, vamos a obtener siempre los mismos resultados".

Asimismo, avanzó que el encuentro del próximo año, el de 2026, ya será el de tomar decisiones concretas de cómo realizar el trabajo pastoral en las diócesis. Por ello, no será un "encuentro ordinario" de obispos, vicarios y arciprestes, sino que "se abrirá, en formato asamblea, a la participación también de laicos y de la vida consagrada".