En Castilla y León los 14 hospitales públicos pondrán en marcha sus propios planes de contingencia cuando sea necesario
Con algunos servicios de urgencias ya tensionados y sin una estrategia común como pretendía el Ministerio de Sanidad, cada comunidad ha desplegado su propio plan para mitigar el impacto de los virus respiratorios, con medidas que van desde recuperar la mascarilla en centros sanitarios a aumentar el número de camas.
Tras sortear las navidades en niveles bajos, la temporada de gripe, covid-19 y virus respiratorio sincitial (VRS) ha empezado el año con un incremento de la incidencia, sobre todo de la primera, que ha casi duplicado el número de hospitalizaciones respecto a las registradas en la última semana de 2024.
Los datos publicados esta semana por el Instituto de Salud Carlos III arrojaban un crecimiento del 49% de la incidencia de infecciones respiratorias en Atención Primaria -de 562,9/100.000 habitantes a 639,8 casos- en la primera semana de 2025. En los hospitales, ha subido de 19,7 a 23.
De todos, la gripe es la que ha avanzado con más fuerza, aunque a un ritmo más lento y menos intenso que la temporada pasada; pese a ello, el aumento de casos graves lleva días dejándose notar en las urgencias hospitalarias, algunas de las cuales hablan ya colapso.
Para enterrar esta imagen que se repite cada año en los hospitales, el Ministerio de Sanidad propuso a las comunidades una hoja de ruta común con medidas homogéneas frente a la epidemia invernal de virus. Pretendía así evitar lo que tuvo que hacer el año pasado, cuando acabó imponiendo el uso de mascarilla en los centros sanitarios de todo el país.
Los técnicos ministeriales y autonómicos lograron avanzar en un documento de medidas que, sin embargo, no pasó después el filtro de la Comisión de Salud Pública, donde los directores generales de las autonomías del PP se negaron a votarlo.
El departamento que dirige Mónica García descarta volver a recurrir a la imposición de medidas pero, ante la ausencia de una estrategia común, optó por publicar el citado documento en forma de recomendaciones, entre ellas, el uso gradual de mascarilla según avance la epidemia o la baja de trabajadores de centros residenciales que estén en contacto con personas vulnerables.
Al margen de ello, las consejerías han ido poniendo en marcha sus propios planes de contingencia en función de su situación epidemiológica, que no es la misma en todas.
En Castilla y León, con la gripe aún en niveles de intensidad bajo y un pico al que le queda mes o mes y medio, sus catorce hospitales públicos pondrán en marcha sus propios planes de contingencia cuando sea necesario. Por el momento no se han detectado problemas en urgencias, explicaron fuentes de la Consejería a EFE.
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