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Cuando Nevenka Fernández (Ponferrada, 1974) decidió en 2001 acudir a los tribunales para denunciar el acoso que sufrió por parte del exalcalde de Ponferrada Ismael Álvarez -primer político español condenado por acoso sexual- la economista y exconcejala se quedó muy sola. La periodista Ana Pastor (Madrid, 1977) escuchó su historia y fue quien puso el foco sobre el caso en el documental 'Nevenka', en Netflix. Desde entonces, Ana y Nevenka son amigas. Juntas han vivido en San Sebastián el estreno de la última película de Icíar Bollaín, 'Soy Nevenka', y juntas estarán este jueves en La Sexta (21:30) para hablar sobre lo que ocurrió entonces en Ponferrada y lo que sigue ocurriendo dos décadas después.
- Este viernes se estrena en cines 'Soy Nevenka'. Usted ya la ha visto. ¿Qué le parece?
- Tuve la suerte de visitar el rodaje en Zamora y ver la película antes del verano. La mañana del visionado estuve varias horas en shock. Bollaín y su equipo han hecho un trabajo excepcional. Es tan real, doloroso y necesario que te mete en la historia tal cual sucedió. Ojalá mucha gente vaya al cine a verla.
- El antecedente de que la historia de Nevenka se haya conocido está en su denuncia pública, en 2001, pero muy especialmente en la serie que usted produjo para Netflix en 2021? ¿Por qué decidió apostar por este documental y contar al mundo la historia de Nevenka?
- Conocí a Nevenka hace más de 20 años, justo después de poner la denuncia. Somos amigas desde entonces. Siempre pensé que teníamos una deuda con ella como sociedad porque, salvo alguna excepción, se la dejó sola.
- ¿Cómo la convenció para que contara su historia en primera persona, frente a la cámara?
- En estos años he hablado mucho con ella de cómo contarlo, y para mi sólo era importante que el documental sirviera para agradecerle lo valiente que fue. Darle el lugar que merece. Por eso esperé todo el tiempo que ella necesitó. Incluso cuando empezamos a grabar le dije que si se echaba atrás no pasaba nada. La noche que vio los capítulos terminados en mi casa fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. No voy a olvidar nunca lo que sentimos los que estábamos allí con ella.
- Usted quería repararle el daño social que había sufrido en Ponferrada? Eran otros tiempos? Hoy aquella multitudinaria manifestación de apoyo a Ismael Álvarez que hoy parece impensable?
- ¿Qué pensarán esas personas de las imágenes cuando se ven a sí mismas increpando a Nevenka delante de las cámaras? Esa gente que salió a defender, y a votar, a Ismael Álvarez incluso después de que la justicia le condenara por acosarla sexualmente. Me encantaría que esa gente le pidiera perdón. Pero quizá pido mucho. A cambio, estos días hemos podido vivir en el Festival de Donosti un momento mágico y catártico cuando al acabar la proyección del estreno cientos de personas estuvieron veinte minutos en la sala, por los pasillos y hasta las escaleras del Kursaal, aplaudiéndola a ella y al equipo de la película. La llorera me dura hasta hoy cuando vuelvo a ver las imágenes. Es la reparación que merece.
- No hace tanto, Ponferrada le rindió homenaje con una rotonda, hace unos meses recibió un premio del Ministerio, ahora esta película... ¿Se ha hecho justicia social con Nevenka, también en su tierra? Ella sigue viviendo fuera.
- Ella vive fuera de España y pasear por Ponferrada no es facil aún. Ismael Álvarez vive allí y han vandalizado una de las placas que homenajea a Nevenka. Incluso la película de Bollain ha tenido que rodarse en Zamora. Eso dice mucho de la situación. Pero hay que recordar que Nevenka es de Ponferrada y representa muchas cosas buenas de esa tierra, a diferencia del acosador. Es el momento de reivindicar sus raíces. Que no le roben eso.
- ¿Hemos cambiado en este país? ¿Estas cosas ya no pasan?
- Pasan. Pero ha cambiado gran parte de la percepción social y de la mirada hacia la víctima. Y eso es gracias también a Nevenka. Como dice Bollain, hacen falta referentes para que los cambios se produzcan en la sociedad. Y ella fue la pionera del #MeToo en España. Mucha gente joven va a descubrir su historia gracias a la película, y eso es buenísimo. Y mucha gente mayor quizá visualice mejor por qué cuesta denunciar y escapar del acosador.
- En la película de Bollaín se muestra el tratamiento que se dio al caso Nevenka en la mayoría de los medios hace dos décadas, de vergüenza. ¿Hemos aprendido a tratar estos temas tan delicados, los acosos, la mujer, las agresiones?
- Hemos mejorado muchísimo. Por supuesto que siguen cometiéndose errores, pero creo que, en general, somos más cuidadosos, y eso también hace que las víctimas tengan menos miedo a exponerse. Nevenka siempre me decía que hasta ahora todos los documentales tapaban a las víctimas, y eso no está bien. Tienen que avergonzarse los acosadores, no ellas, como hemos visto en Francia estos días (caso Pelicot). El miedo no deben pasarlo ellas una y otra vez.
- En la película, y también en el documental, sigue impresionando ver la actuación de aquel fiscal, García Ancos. ¿Es impensable una actuación similar hoy, tan irrespetuosa?
- Es cada vez menos común. Lo que hizo con Nevenka fue un punto de inflexión en el caso porque todo el mundo vio cómo la estaba tratando. Hubo otros hombres que fueron contra Nevenka porque no la creían, pero también hubo hombres buenos y valientes que fueron decisivos para que ella saliera viva de aquello: Lucas, su pareja, que entendió desde el principio el tema del consentimiento; Adolfo Barreda, su abogado, que aguantó amenazas de todo tipo por llevar el caso; Bustos, su psiquiatra...
- ¿Habló usted alguna vez con Ismael Álvarez?
- El equipo de Newtral, Maribel Sánchez-Maroto, habló con él, y la conversación estuvo plagada de mentiras y acusaciones lamentables y falsas contra Nevenka.
- ¿Hablaría?
- No tengo nada que hablar con alguien que tantos años después no sólo niega la verdad de varias sentencias judiciales sino que encima busca manchar el nombre de Nevenka.
- En septiembre del año pasado Álvarez publicó un libro sobre el caso, y en la presentación la atacó a usted en varias ocasiones? Usted nunca ha dicho nada.
- Me preocuparía que el acosador Ismael Álvarez hable bien de mí. Estar con Nevenka, entonces y ahora, es estar en el lado correcto de la historia. Ella representa la dignidad. Y él es un delincuente condenado.
- A menudo lidia usted en las redes con personajes que atacan salvajemente a su persona. En estos casos, ¿es mejor hacer oídos sordos?
- Hay días que puedo, y otros que no. Mentiría si dijera que no me afecta. Porque la presión para nuestra familia no son sólo las redes. Llevamos años sufriendo acoso también en la calle, y algunos episodios graves. Hay momentos en que me duele mucho, y no me importa contarlo. Pero me pasa algo curioso. Esos días en los que estoy más tocada, recibo de repente un whatsApp de Nevenka sin haber hablado con ella del tema, pero ya me intuye. Y siempre me ayuda a poner las cosas en su sitio. A veces pienso que yo no habría resistido todo aquello que sufrió Nevenka, tan duro, tan salvaje, tan joven, tan sola... Lo mío es una broma al lado de lo que ella vivió.
- Últimamente la hemos visto estrenarse en otros registros televisivos, como un concurso divertido. ¿Prepara nuevos proyectos?
- Precisamente este jueves emitiremos en La Sexta un especial de El Objetivo con Nevenka, Icíar Bollain y la actriz Mireia Oriol que me ha dejado impactada. Hay ratos en la película que me parece estar viendo a la Nevenka de hace 20 años. Verlas juntas ha sido precioso. La conversación va a impresionar mucho al público por cómo Nevenka habla por primera vez de su exilio, de cómo ha cambiado Ponferrada, España, o de cómo fue aquel día en que anunció la dimisión y la querella.
- ¿Y cómo le va con su productora, Newtral? ¿Algún otro proyecto documental en el futuro?
- El equipo de Newtral es inspirador. Desde que nacimos hace ya casi 8 años no han dejado de proponer nuevas ideas y, en breve, lanzaremos un nuevo proyecto. No les importa incluso explorar formatos que hasta ahora no habíamos tocado. Alucino con ellos y ellas cada día.
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