Todos felices y contentos tras la larga tarde de toros que abrió la feria en honor a San Victorino y que se prolongó hasta bien entrada la noche con el titilar de las lentejuelas a la luz de los focos eléctricos. Tanto El Fandi (oreja y oreja) como Cayetano (oreja y dos orejas) y Ginés Marín (oreja y oreja) salieron a hombros por la puerta grande, siendo acompañados en la procesión triunfal y cívica por el mayoral de la ganadería de Núñez del Cuvillo.

Y eso que la tarde en esta ocasión había empezado a las ocho cuando ya el sol casi va cayendo en el horizonte, especialmente para hacer más agradable la presencia en el tendido a los espectadores sin ese agobio de solazo y calorina que hacen casi un martirio presenciar una corrida de toros a hora más temprana. Sin embargo el retraso de la hora para empezar no hizo que se llenara la plaza sino que se cubrió medio aforo, siendo ese el cupo que presenció esta corrida más entretenida que triunfal. Pero ya se sabe que Arévalo tiene en sí misma la explosión de triunfos e indultos de toros, como el que se pidió para el quinto de la tarde un "tristón" colorado marcado con el número 51 y premiado justamente con el pañuelo azul, pues el naranja pedido por voceones espectadores del tendido no tenía sentido visto lo visto en todos los tercios de su lidia y en el desarrollo de los mismos.

Y aquí sí demostró criterio el Presidente Juan Luis Martín indicando a Cayetano que matara a la res, haciendo oídos sordos de las voces de "¡no le mates, no le mates!", algo que se ha convertido en habitual en el coso arevalense.

Y vamos a la crónica que se nos va el tiempo en sudores y metafísica.

Antes de romperse el paseíllo sonó el himno nacional. Se han lidiado seis toros de Núñez del Cuvillo: 1º, 3º, 4º y 6º nobles pero muy flojos y escasos de raza y fuerza. 2º y 5º bravos y nobles, los mejores del encierro. El 5º premiado con el pañuelo azul.

Abrió plaza "halcón", un castaño al que recibió el Fandi con un larga de rodillas y tras una varita ligera y un quite por delantales, tomó los palitroques para banderillear al son del pasodoble 'Amparito Roca' con la agilidad y colocación de la que hace gala el torero granadino. Brindó su faena al público pero la escasa fuerza del ejemplar no le permitió lucimiento. La faena resultó algo deslavazada aunque su estocada entera y caída le hizo acreedor de una oreja.

El cuarto, un burraco de nombre "elegante" que solo tenía de esa cualidad el nombre, bastote y brusco el ejemplar en todos los momentos de su lidia, tras una gran pausa para adecentar el ruedo. El Fandi toreó a golpes y eludiendo el achuchón del toro, intentándolo en todo momento, pero que si quieres arroz, Catalina. Terminó su faena con dos molinetes y un desplante ante la cara del toro. Logró una estocada entera perdiendo la muleta. El palco de forma generosa le premio con otra oreja.

Quien ha toreado mucho y bien hoy en Arévalo ha sido Cayetano. Verdad es que le tocó el mejor lote del encierro un "tobillito" y un "tristón", bravos y encastados de Cuvillo que aguantaron la lidia y embistieron con clase y largura.

Cayetano ante su primero al que le enjaretó dos verónicas espaciosas en el quite brindó el toro a una señora del tendido y a medida que avanzaba la faena fue cogiendo sitio y confianza, logrando una faena de temple y mando muy reconocida que rubricó con una estocada entera arriba lo que le valió la oreja de su enemigo con fuerte petición de la segunda que el Presidente no concedió en una decisión personal.

Frente al quinto, el mejor del encierro premiado como he dicho antes con el pañuelo azul al ser arrastrado por el tiro de mulillas, Cayetano mostró su torería, su temple y su mando singular por ambos pitones con una faena ligada y rematada todas y cada una de las series con la aclamación del respetable. Cayetano se le veía convencido con mando y temple soberanos en lo que estaba mostrando y su epílogo a dos manos fueron los que arrancaron gritos de "¡no le mates, no le mates!". Estocada entera y dos orejas para el esportón de Cayetano Rivera.

Ginés Marín el más joven de la terna es un torero de los pies a la cabeza que además está sobrado de colocación, de fe, decisión y de valor en todo lo que hace. Sus pies juntos en la arena sin moverlos un milímetro y pasándose el toro por la barriga, pese a ser un toro que no tenía apenas fuerza, Ginés puso lo mejor de sí mismo e inventó una faena con desplante final tirando los trastos muy emocional y emocionante. El toque perfecto, al entrar a matar, hizo que el acero entrara hasta la gamuza y cayera la oreja del jabonero "centello" que le tocó en suerte. Y cerró plaza frente a un flojo "lanudo" al que le picaron escasamente sin meterle ni las cuerdas. Un pinchacito de esos de ni para análisis, pero al que cambió los terrenos llevándolo a los medios y allí cimentó su faena premiada también con otra oreja tras estocada en el hoyo de las agujas.

En resumen una entretenida corrida de toros en Arévalo que, pese a su larga duración, mantuvo la atención de los espectadores. Y mañana más que sigue la Feria.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO: FERMÍN RODRÍGUEZ