El próximo miércoles 19 de marzo en el Auditorio Principal del Palacio Los Serrano
Juana I (Reina sonámbula), ante el espejo convexo
Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC
El jeroglífico de la Verdad se alimenta del espejo de la Lealtad.
El aposento de Juana I en Tordesillas está presidido por el Espejo de la Naturaleza, un objeto poetizado desde los reflejos del alma de la reina legítima, una semblanza de un panegírico realizado en Juana I, Reina Sonámbula, libro editado por Amarante para el deleite de los espíritus libres; se trata de un manuscrito de Errikarta Rodríguez y Eduardo Blázquez Mateos, autores que recorren los ideales de Belleza de la reina Juana I.
¡La luz eterna se orquesta desde el desvanecimiento de Saturno!
Ante el espejo-ventana, afloran las cualidades del rostro de la Bella Reina Sonámbula que, cubierta con el velo alegórico de Ceres, intercede en el desdoblamiento estético helénico que descubre el simulacro invisible de un alma pura.
¡Un quinqué (Catalina) ilumina los escenarios de Tordesillas!
¿Cómo advertir la dual belleza de Juana I?
Ante el umbral de la invisibilidad tras el espejo, la escalera de madera permite adentrarse en las aguas del río Duero.
¿Está prohibido mirarse en el espejo, bajo el eclipse de Castilla?
Juana I integra una sombra en el espejo de Brujas, la sombra genera dos anamorfosis que, en suspensión, acompañan a la reina sonámbula; sin dudarlo, logra identificar las formas oscuras con su ambivalencia melancólica, un universo que se traducía en dos estados saturnianos conciliados en el eclipse negro.
¡Un instante revelado en el acto blanco del intermezzo bailado con Catalina, su esencia poética!
-Estoy perdida en la inversión de las aguas -Juana I apoya su mano en el espejo convexo, para hablar con la visión deforme de su rostro velado, sus lágrimas alimentan el cristal oval procedente de Gante -, espejo mágico, conviérteme en una sonámbula del bosque sagrado de Penélope, espejismo del páramo de la Melancolía, dama aterciopelada en la morada del río Duero.
Al desplazarse escoltada por dos espectros, alterada por las flechas de Eros, Juana I se encerró en el árbol aislado del jardín.
- ¿Cómo puedo rehacer mi vida, espejo ardiente? ¿Cómo lograré tejer la odisea del mar onírico en mi tránsito? ¿Dónde alcanzaré el rayo de sol de Eros? ¡Visión insólita del árbol enlutado con la plata del roble solar!
¡Leer desde la oquedad del roble alado, leer desde el más allá!
¡Reina Sonámbula encadenada a un espejo curvo!
Juana I domina el Arte del Ingenio para licuar las heridas del árbol de la sabiduría, tumba ultramundana, centro de la antorcha-espejo, es decir, eje del amor eterno.
¡Abrazo de marfil de una quimera entrelazada por dos leones que, sobre una cima natural, revelan los mecanismos amorosos de Atalanta!
El amor puro de Juana I, como en Atalanta, se alimenta de la madre Naturaleza para poder arder en la cripta configurada por ramas y raíces, morada profunda bañada por el río Duero, manantial de leche y miel alcanzado por las desdoradas hojas del roble aislado.
Ante el espejo, emulando el lienzo de Parmigianino, podían vislumbrase las bellas arrugas que, bajo el ángulo de la terribilità, se cubrían con lágrimas destinadas a Júpiter; desolada, devora su alma para vivir en la penumbra de la sombra de Catalina, su gran amor; entre su madre y su hija, Juana I construyó la tumba de la cripta del palacio de Tordesillas, espacio elaborado para las heroínas metamorfoseadas en el laurel de Dafne.
En la cripta, Juana I delimita las ruinas góticas que, separadas de los basamentos románicos policromados, mostraban el imaginario mítico del arte castellano, un horizonte interior revitalizado por las vivencias con la reina Isabel, un espacio tenebrista intensificado por sentimientos maternales; sobre una tumba, reposaban dos esculturas de galgos dormidos bajo los pies de la imagen pintada de Ariadna, la bailarina modélica para Juana I de Castilla, la gran creadora del Más Allá.
- ¿Qué aportará la crueldad en mí viaje sin rumbo? -Juana I estaba confusa, los monólogos diseminaban su caos organizado - ¿Dónde encontraré la espada carolingia interiorizada para dormir en paz bajo el roble?
La distorsión del espejo se verificó en un capitel corintio, inquieta pudo ver la sombra de un león, vigilante de su sueño que activó el intermezzo de Cloris con Céfiro, antesala de las danzas que darán forma al Ballet de Tetis con Quirón.
Juana I, enigmática en sus presencias/apariciones en Tordesillas, activó el espectro plomizo de Tetis, para combinar las ruinas con las nuevas flores aportadas desde las lecturas de Virgilio, referente primordial en sus paseos por las cárceles de Tordesillas.
Liberada, Juana I advierte una nueva interconexión con las ruinas, se identificó con los fragmentos de mármol, se encontró con la belleza non-finita que explicaba una de sus singularidades. Ante la sublime comunión, la elevación de la reina legítima se sugirió en las aguas acotadas en la fuente de la cripta, inmensidad perpetuada en el poema bucólico que, desde la duda trágica de Saturno, aportó un misticismo encaramado a la cabellera cubierta con la niebla del robledal vasco.
Al salir del laberinto de Juan de Mena, se accede, por un espejo-túnel, al aposento aterciopelado por los sentimientos vivificados en Tordesillas, vergel amoroso en la ut pictura poesis.
ESPEJO. Por ERRIKARTA RODRÍGUEZ.
¿Qué hacer sin mis grandes amigos, mis buenos compañeros, pura obsesión que sigo manteniendo, espejos venecianos, espejos flamencos, cientos de reflejos e imágenes que he podido contemplar a través de ellos, como expresar lo que ellos significan para mí?
Espejo de Murano que el maestro Miguel Ángel me regaló, hoy miro a través de ti y trató de recuperar su imagen, su luz, recorro la estancia en ti e imagino su bella silueta junto a la ventana contemplando mi amado río Duero, cierra los ojos y traza en el aire una bella coreografía que después plasmará en un lienzo, deleite para mis sentidos.
Espejo flamenco, espejo convexo que colocado estratégicamente en la pared me da una perspectiva diferente de mi realidad, mundo inerte que contemplado a través de su convexidad me aumenta una visión certera de vida, armonía en la que solo quiero habitar, ventana certera en la que solo yo aprendí a contemplar en Flandes, horas de Soledad viendo pasar las horas descubriendo realidades escondidas de mi vida, espejo amigo háblame de mi, de mi entorno, confidente amigo que siempre me descubres la verdad, como no quererte.
Tantas horas de contemplación, tantas horas de conversaciones eternas conmigo misma en las que conversaba a través de ellos, compañeros necesarios que siempre me daban una imagen real de cómo me sentía, de quien era yo en cada momento, tantas horas en silencio contemplándome, visionando un alma errante, viajero que no quería regresar, alma libre y eterno que vivía al otro lado del espejo, hoy te miro y veo una anciana , reflejo real que cada vez se va desdibujando más y más hasta que llegue el momento en que la imagen se convierta en un sfumato y esa imagen solo quede en nuestro recuerdo, siempre conmigo, siempre en mi recuerdo.