He leído por ahí que Alex Rider es una especie de James Bond adolescente, pero sin las dos características fundamentales de 007: los gadgets y el atractivo que vuelve locas a las mujeres.
Alex, es un adolescente que se quedó huérfano muy pequeño, y vive en un barrio residencial de Londres, con su tío, que es un directivo de banca, y una joven americana que hace de niñera, lo cual es lógico. Si los americanos contratan nannys inglesas, es natural que se intercambien los papeles.
Alex es atlético, inteligente y bien preparado para lo que pueda suceder. Y sucede, cuando su tío, que no trabajaba en un banco, sino que era un espía es asesinado, aunque a su sobrino le dicen que ha muerto en un accidente de tráfico.
Nada de lo que dicen al chico tiene sentido, así que decide investigar por su cuenta, con la ayuda de su mejor amigo, el amigo friki que todos los protagonistas tienen en este tipo de series.
Pronto, Alex, se verá metido en un lío de los buenos, cuando los jefes de su tío lo recrutan para resolver un misterio que requiere, precisamente, de un adolescente. Y no os cuento más que os destripo la serie.
Esta serie está basada en una saga de novelas del escritor y guionista Anthony Horowitz, y cuenta con un cast bastante desconocido. Bueno en la segunda temporada la estrella invitada es Toby Stephens, (Black Sails, Perdidos en el Espacio, Percy Jackson -serie-) y que por si no lo sabíais es el hijo de Maggie Smith.
Maravillosa la intro, con la canción The World is Mine, de Samm Henshaw. Soy incapaz de saltarla nunca, y la tengo en mi lista de favoritas de Spotify. Imprescindible para amantes del género, está en Movistar +.