«El coste de las mentiras es un precio que pagamos todos» es una frase de Mireia Mullor relacionada con la famosa serie de Tv de Netflix When They See Us (Así nos ven).
Por desgracia, la infame mentira se está convirtiendo en una de las ruedas que mueven el mundo. Un mundo gobernado, en su mayoría, por personajes egocéntricos, carentes de escrúpulos, materialistas, mentirosos, corruptos, prevaricadores, racistas e incitadores del odio. Podríamos hacer una lista a nivel municipal, regional, nacional, Europeo, Americano o de todos los confines de la tierra, pero sería interminable. Lo peor de todo es que, salvo en contadas ocasiones, a estos tipejos: vividores, amorales, lameculos y trepas, los hemos elegido con nuestros votos, les hemos dado el poder, los permitimos que nos sigan engañando y robando y los perpetramos en el sillón.
Observo atónito, enrabietado e incrédulo cómo la raza humana (que se cree la más inteligente de la tierra) malgasta sus fuerzas en odiar al diferente, crear barreras, fomentar la desigualdad y el clasismo, azuzar el racismo, destruir la naturaleza, encumbrar a los más miserables y blanquear el fascismo.
Y os preguntareis, ¿a qué viene esta proclama política en una entrada que en teoría debería hablar de temas relacionados con las letras y los libros?
Los que me conocen un poco saben que la cordura no es una de mis virtudes, así que intentaré responder a la cuestión según mis convicciones. Seguro que muchos pensarán de un modo diferente al mío y otros creerán que estoy delirando. Pero la respuesta no está en mi cabeza o en mi subjetiva forma de pensar, la respuesta está al alcance de todos nosotros y se llama «LECTURA» y por ende «LIBROS».
Vivimos en un contexto social globalizado en el que el poder (gobiernos, medios de comunicación interesados, redes sociales, voceros del reino…) solo se preocupa de imponer sus normas y criterios a la sociedad a la que dicen servir. Es importante ver TV o seguir las redes sociales, pero nada es tan importante como leer. Leer para conocer, para informarse, para cultivarse, para cotejar opiniones diferentes a las nuestras, para sentir, para emocionarse, para no olvidar el pasado, para conocer el presente o para luchar por el futuro. En definitiva, para formarse como personas.
Porque los libros nos permiten, releer, imaginar, soñar, empatizar, pensar, reflexionar, creer, cuestionar, o lo que es lo mismo, crecer seres juiciosos. La lectura es un arma indestructible que nos permite luchar contra la manipulación y romper los cánones establecidos. Leer mucho, y no solo a los de nuestra cuerda, nos lleva a madurar y a ser capaces de desarrollar el sentido crítico, algo que aterra a nuestros dirigentes. Por eso, amigas y amigos lectores, debemos cuidar al libro como si fuera un tesoro de valor incalculable. Algo único en el mundo capaz de derrotar al ejército más ruin y desalmado: la desinformación.
De no ser por los libros, y no me refiero a los de historia que suelen contar siempre la versión de los triunfadores: ¿Qué sabríamos nosotros en este mundo? ¿Cuál sería nuestra percepción de lo que no está al alcance de nuestra vista? ¿Cómo podríamos distinguir la verdad de la mentira? ¿Hasta dónde llegarían los derechos de la mujer? ¿Qué conocería yo de mis antepasados? ¿Cómo me habrían vendido, o tergiversado, lo acontecido en nuestra de nuestra maldita Guerra Civil? ¿Cuándo hubiera conocido el genocidio nazi? ¿De qué manera podría afirmar que el cambio climático no es el cuento que los poderosos intentan fabular y sí una evidencia que nos lleva al desastre? Podría extenderme horas y horas en poner ejemplos sobre la necesidad y la absoluta bondad de los libros para comprender todo lo que nos rodea, pero caería en el aburrimiento o la pedantería. Sin embrago, lo que si tengo claro, es que de no ser por lo libros, tal vez yo no fuera un don nadie.
Por todo ello, os dejaré unos cuantos libros que mí me ayudaron a descubrir y a comprender una pequeña parte de la historia.
La hexalogía Los hijos de la tierra. Jean Mari Auel.
La Ilíada y la Odisea. Homero.
La trilogía sobre Escipión el Africano. Santiago Posteguillo.
Historias de una guerra interminable. A. Grandes
Trilogía de Auschwiz. Primo Levi
La Trilogía Millennium. Stieg Larsson.
Mil soles espléndidos. Khaled Hosseini
Leemos, pues, da lo mismo el formato: papel o digital. Pero leamos para que nadie pueda robarnos uno de los tesoros más preciados que tiene la humanidad: «LA LIBERTAD». Pero escribamos, también, para dejar nuestro pequeño legado sobre cómo fue el momento que nos tocó vivir. Para denunciar la injusticia, destapar la corrupción, luchar por la igualdad hombre-mujer, desenmascarar a los traidores, huir de los falsos salva patrias. Para que la juventud del futuro tenga en sus manos la posibilidad de leer y así conocer cuales fueron nuestros aciertos y, sobre todo, tener instrumentos para no repetir nuestros incontables errores. Porque como decía Primo Levi en sus reflexiones de Así fue Auschwitz «El fascismo es un cáncer que prolifera rápidamente, y su regreso nos amenaza: ¿es mucho pedir que nos opongamos a él desde el principio?
Mucho me temo que volvemos a tropezar con la misma piedra. Con tal de alcanzar el poder, algunos mal llamados demócratas han decidido blanquear el fascismo.
¡Que los libros se encarguen de inmortalizar sus ignominiosas patrañas!
Moisés González Muñoz