¿Sabíais que cuando a Meghan Markle le dieron el papel en la serie 'Suits' lo primero que hizo fue celebrar una fiesta a la que llamó 'Sayonara, Zara'? Una forma de festejar que empezaba a ser rica y que a partir de ese momento no tendría que volver a usar ropa low-cost nunca más.
Curioso que una persona desprecie la principal marca de una de las multinacionales más importantes del mundo. Pero bueno, ella misma despreció la Corona de Inglaterra. Asique no nos vamos a sorprender tanto.
Imagino que antes de que Meghan conociese al príncipe Harry se tendría que conformar con firmas de bajo coste, hasta que pudo conseguir la fama suficiente como para tener la puerta abierta a opciones algo más refinadas.
Para nosotros, que jamás nos casaremos con nadie de la realeza, Zara es una buena opción que sí, es low-cost y sus prendas quizá no tengan la mejorar calidad del mundo, pero nos saca de muchos apuros combinando precios asequibles y diseño en la mayoría de sus artículos.
Sin embargo, la gente de a pie no es la única que se da el lujo de comprar en Inditex, algunas royal que están al mismo nivel que Meghan o que, incluso me atrevo a decir, muy por encima de ella, son fans de Zara.
La mismísima reina Letizia, famosa en el mundo entero por su espectacular estilo, es una de las clientas más fieles de Amancio Ortega. Y como ella, sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, también se dejan ver, muy a menudo, con ropa de la conocida tienda.
Se puede decir que nuestra reina de España es una royal comprometida con el medioambiente que apuesta por moda sostenible y tiene el don de combinar prendas de lujo, confeccionadas por Felipe Varela o Hugo Boss, con otras de más bajo coste, que a veces pueden ser hasta de Stradivarius o Pull and Bear.
Pero la afición a Zara no se queda en España. Como ya se ha demostrado en múltiples ocasiones, Kate Middleton es la antítesis de su cuñada y apuesta por Zara de vez en cuando. Es más, cada vez que ella apuesta por una prenda, a las pocas horas ese producto se agota por todo el mundo.
Y en esta lista aparecen otras famosísimas reinas como Máxima de Holanda o Rania de Jordania. Esta es la conclusión que evidencia, una vez más, que el vestir bien no depende de lo económico, sino de tener un buen gusto y hacer de la moda una herramienta con la que brillar, independientemente del precio de nuestra ropa.