La obra sobre la que vamos a hablar en este artículo no es ficcional. No por ello es menos literaria, ya que se trata de un texto escrito: si atendemos a la naturaleza semántica de la palabra literatura, palabra que deriva del étimo latino littera/ae (en español, "letra"), encontramos que, en realidad, significa "todo lo que está escrito". De ahí que, como indicamos, por ser la escritura el medio en el que este tratado ha llegado hasta su receptor, dicho tratado es, esencialmente, literario, y consideramos, así pues, que goza de una perfecta cabida en nuestro blog, más aún si no nos olvidamos de su carácter singular y no menos sorprendente.
Práctica de exorcistas y ministros de la Iglesia. En que con mucha erudición, y singular claridad, se trata de la instrucción de los exorcismos, para lanzar, ahuyentar los demonios, y curar especialmente todo género de maleficios, y hechizos. (1693) es el título completo de uno de los libros del religioso flamenco (era natural de Amberes) Padre Benito Remigio Noydens (1630-1685), autor del que, biográficamente, apenas se sabe algo, aunque sí que pertenecía a la orden de los Clérigos Regulares Menores .
El texto que nos ocupa es un manual redactado en español y latín que, en líneas generales, instruye y documenta a los exorcistas, que describe los exorcismos pertinentes para energúmenos y poseídos del Demonio, y que contiene la fórmula exorcizante para eliminar a los espíritus y demonios que pueblan las casas, así como para langostas, tempestades y otros fenómenos naturales. Lo relata el Padre Noydens en cinco partes. De manera previa a la citada división el autor escribe un prólogo donde se manifiesta fiel a Dios y a la doctrina cristiana, prólogo al que precede la licencia de impresión del Reverendísimo Padre Antonio Rosende, Provincial de los Clérigos Menores en España (entre otros cargos), y la aprobación (o superación de la censura) emitida por R. P. Fray Diego Fortuna, Lector de Teología Moral de San Francisco de Madrid.
Las mencionadas cinco partes son las siguientes: PARTE PRIMERA. DE LA PRÁCTICA DE EXORCISTAS, En que se contienen varias instrucciones, y documentos. (abarcadora de once documentos); SEGUNDA PARTE. DE LA PRÁCTICA DE EXORCISTAS, EN QUE SE CONTIENEN LOS Exorcismos, para exorcizar a los Energúmenos, ya poseídos del Demonio. (continente de cinco exorcismos); PARTE TERCERA. DE LA PRÁCTICA DE EXORCISTAS, EN QUE SE trata del modo de exorcizar a los espíritus, y demonios, que infestan las casas, y curar espiritualmente todo género de maleficio, y hechizos, &c. (parte que da cabida a veintiún episodios curativos); CUARTA PARTE. EN QUE SE TRATA DE LOS Exorcismos en tiempos de tempestades, y trabajo de Langostas, &c. (que incluye siete apartados); y QUINTA Y ÚLTIMA PARTE. EN QUE SE TRATA DE LAS ROGAtivas, y procesiones para pedir agua, o serenidad, según el Ritual de Pablo V. El tratado se cierra con un Índice del contenido de la obra.
Pretendiendo alimentar la curiosidad de nuestro lector, seleccionamos el segundo exorcismo de la segunda parte del tratado. Se recomienda realizarlo delante del Santísimo Sacramento (expuesto en el altar) respetuosamente colocado y decorado (como dicta el PREÁMBULO), situándose el endemoniado en la parte inferior del citado altar vestido con una estola en forma de cruz y ofreciendo reverencia al Sacramento con incienso el exorcista. De rodillas, este pronunciará unas palabras en latín. Se suceden, a continuación un Oremus, cinco distintas Orationes, y un Oremus. Leemos aquí la última de esas oraciones:
"Da quæsumus omnipotens Deus.ut hic famulus tuus N. qui in tot adversis ex sua infirmitate deficit, interviniente filij tui unigeniti passione respiret. Per eundem Christum Dominum, &c".
Sigue informando el Padre Noydens que, después, el oficiante se ha de levantar, echando agua bendita a los allí presentes y al enfermo; a su lado, pero sin dar la espalda al Santísimo Sacramento, leerá sobre el poseso dos pasajes bíblicos en latín: uno perteneciente al tercer capítulo del libro de Tobías y otro proveniente del primer capítulo del Evangelio de San Juan. A este procedimiento, dan continuación cuatro exorcismos (así son denominados) pronunciados, igualmente (y en su totalidad), en latín: de ellos, el segundo (que se realiza mostrando con el dedo, por parte del ministro, el Santísimo Sacramento) acoge lecturas del libro de Isaías (concretamente, del capítulo 14) y del libro de los Salmos, lectura esta última que también protagoniza el tercer exorcismo, mientras que el cuarto contiene pasajes (que se han de leer antes de preguntar al Demonio) de los Hechos de los Apóstoles (en particular, del capítulo 16) y del Evangelio de San Marcos. Si no se obtiene respuesta del Maligno, indica el manual que el exorcista ha de proseguir con sus exorcismos y conjuros hasta conseguir la victoria final.
Distinto talante tiene la quinta parte de la obra, en relación con el resto del contenido del libro. Comienza con un PREÁMBULO, en el que, entre otros aspectos y consejos, se señala cómo han de celebrarse las procesiones eclesiásticas, y cómo deben situarse hombres y mujeres en dichas procesiones. Se precisan, asimismo, las letanías que en la procesión se han de rezar con el fin de pedir el agua, y las fórmulas espirituales (en latín) que se han de pronunciar, a las que sigue el Psalmus 146 (que abarca un diálogo responsorial), y un Oremus (integrador de un responso).
La quinta parte incluye, además, Rogativas, y procesión para pedir serenidad y Rogativa, y procesión en tiempo de peste, con una disposición estructural interna, en ambos casos, muy similar al preámbulo inicial. A estas secciones les sucede una Acción de Gracias (HAZIMIENTO DE GRACIAS): si Dios concede lo que se le pide, se celebrará una misa pro Gratiarum accione, y, bendiciendo al Señor, se hará una procesión en la que se cantará el Te Deum Laudamus, el Benedicte ominia opera Domini Dominum, y el Benedictus Dominus Deus Israel, finalizando con una oración.
Esta última parte (y el manual, por extensión) da fin con una PROTESTA, que reproducimos a continuación:
"Todo lo que en este libro se contiene, sujeto a la censura de la Santa Iglesia Católica Romana, columna y firmamento de la verdad; y plegue a la Majestad de Dios, que en cuanto he escrito haya acertado para mayor honra, y gloria Suya, de Su Santísima Madre, del glorioso patriarca San José, de los Santos Ángeles de nuestra guarda, y mucho bien, y alivio de los que se ven apoderados del demonio. Amén Jesús".
Por ser un libro distinto recomendamos muy especialmente la cercanía al mismo al lector curioso y deseoso de familiarizarse con el contenido de la obra. Su carácter didáctico y su exposición firmemente estructurada (casi solemne), devenida del máximo respeto en el tratamiento temático por parte del autor, propician la familiaridad a la que aludimos.