'Diario de un gigoló' muestra la clave de su historia desde el principio. Toda la trama tiene en sus diferentes caminos el punto común del sacrificio de todos sus personajes para salir adelante en sus respectivas vidas. Una serie sudamericana de Netflix, con el español Jesús Castro como protagonista, que te engancha en el inicio, pero cuya senda va torciéndose con el paso de los capítulos.

Todo comenzó con el sacrificio de Emmanuel, interpretado por el actor andaluz, dejando a su hermano en un orfanato en busca de una vida mejor. Minou enseñó que el amor de una madre puede con todo para proteger a su hija, una Florencia que sacrificó la unión de la pequeña familia por despecho.

Mientras, en la otra familia protagonista el sacrificio de Ana por hacerle la vida más fácil a su hija acabó con su vida. Y es que la renuncia a los servicios de Emmanuel le llevó al delirio, del cual se contagió una Julia que sacrificó todo para quedarse con su conquistador.

Una trama en la que la pérdida del padre de Julia desequilibró esa familia, en la que el sacrificio de su socio por lleva a cabo su plan empresarial dejó por el camino al marido de Ana. Así, el "sacrificio" de Víctor fue encargarse de la mujer de su compañero y amigo y del negocio que tenían en común.

Una historia bien montada, pero que fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba. Con algunos detalles extraños en su final, como la ausencia de la sospecha de Julia como autora de la muerte de su madre, teniendo en cuenta lo ocurrido con su romance. Un final que no resultó inesperado, ya que esas acciones ocultas invitaban a pensar qué sucedió realmente en la noche del asesinato.

En definitiva, una serie interesante hasta la mitad de la temporada, compuesta por diez capítulos, que perdió su fuerza con la construcción del desenlace.