Noviembre ha empezado a mostrar su cara más dura y nos anuncia un invierno cargado de frentes fríos, que se traduce en viento, lluvia y la tan esperada nieve, para algunos de nosotros.
Pero nada de esto nos debe parar y debemos seguir con nuestro plan para llegar a nuestros objetivos. Es muy importante vencer a la pereza y seguir adelante. Se hace especialmente importante los entrenos en buena compañía para que entre todos tiremos unos de otros y aportemos ese extra de motivación que necesitamos. Pero en ocasiones…entrenar solo… es una maravilla.
Viernes noche, me acuesto con la lluvia sobre los cristales, el viento azotando las paredes y con la certeza de que mañana estará todo mojado, la previsión además es de temperaturas muy muy bajas,… que pereza…no tengo un plan claro. Según se presenta el fin de semana, nadie se pronuncia sobre el entreno del sábado, ni salidas a la sierra, ni bici de montaña y por supuesto nada de carretera. El cansancio se apodera de mí y mientras pienso que quizá mañana es un buen día de descanso, la noche me aprisiona y caigo en un profundo sueño….
Como es habitual el fin de semana nada de despertador, ya están mis hábitos del sueño para despertarme como un día cualquiera de la semana. Durante la noche creo haber oído más lluvia y pensando en la previsión de temperatura, por un momento me imagino el amanecer teñido de blanco. Lentamente me voy activando, me dispongo a observar cómo está el exterior para resolver que hago en esta mañana de sábado y ….ha llegado !!! ha nevado !!! Una fina capa de nieve le da a todo un color diferente y especial… eso si la temperatura debe ser un pelín fría.
Ya tengo la motivación que necesitaba. Ponerse en marcha, desayuno, preparar ropa y salir a disfrutar de un día frio acompañado de la nieve y poco a poco también, de un ambiente cubierto de niebla. Decido ir a una zona cercana donde suelo entrenar pero que en ocasiones me sorprende y desde luego que hoy lo hará aún más.
Con la humedad, las veredas de tierra pisada están libres de nieve y alrededor de ellas, todo es blanco, los prados que piso y las encinas que me rodean, con la niebla reinante, tienen un misterio mayor. No parece el lugar donde entreno muchos días. Me quedo embobado con todo este paisaje y el frio pasa a un lugar secundario. Me encuentro cómodo, tanto de temperatura corporal como de ritmo. Todo fluye. No me encuentro con nadie, parece que todo ha sido dispuesto para mi. Decido ponerme un poco de música, sin más intención que disfrutar de este rodaje. Curiosamente disfrutando tantísimo de este lugar, parece que me traslado a otro muy lejano, es una sensación difícil de explicar. Las sensaciones son de tremenda alegría. Esas pequeñas cosas que realmente merecen la pena. Si me hubiera cruzado con alguien vería una gran cara de satisfacción.
Termino el recorrido, parece que despierto de un bonito sueño, se ha terminado. Regreso a casa. Después de esa mañana me parece que todo es mejor. Aún hoy, lo sigo pensando.
Seguimos sumando.
@PablerasJim